El resultado electoral también alteró la correlación de fuerzas en el Senado. Allí, La Libertad Avanza logró consolidar presencia en varias provincias clave y sumará nuevas bancas que podrían acercarla al quórum propio, aunque necesitará acuerdos con sectores provinciales para avanzar en las leyes más trascendentes.
Un nuevo equilibrio en el Congreso
El panorama político que se abrirá a partir del 10 de diciembre será completamente distinto al actual. En el Senado, los bloques opositores tradicionales quedaron debilitados. El PRO pasó de 35 a 14 senadores, mientras que la UCR descendió de 14 a 3. En tanto, el interbloque Provincias Unidas bajó de 18 a 17 representantes, lo que refleja una tendencia general de pérdida de peso de las fuerzas históricas en favor del oficialismo y de los partidos provinciales.
Estos espacios, junto con un grupo de 12 legisladores provinciales y los 17 diputados independientes o de partidos minoritarios, tendrán un papel clave en la dinámica parlamentaria. De su posición dependerá en buena medida la posibilidad del Gobierno de Milei de sancionar las reformas estructurales que el Ejecutivo planea impulsar en materia laboral, previsional y tributaria durante 2026.
En ese contexto, el Frente de Izquierda también sufrió una merma: perdió una banca y quedó con cuatro representantes, mientras que otros bloques menores mantuvieron presencia marginal.