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Un escándalo final arruinó el escenario a medida que el Congreso le preparó a Caputo

Un escándalo final arruinó el escenario a medida que el Congreso le preparó a Caputo

Como anticipó A24.com el domingo, el escenario planteado para que expusiera el ministro era el más favorable. Una comisión especializada en temas de deuda y finanzas -donde Luis Caputo se mueve como pez en el agua- manejada por un senador de experiencia.

Pero algo falló. Mientras preguntaba Pino Solanas, uno de los últimos oradores se levantó Gabriela Cerruti y denunció que Caputo le había pasado un papelito que decía: “Mis hijas tienen 11 y 13 años, no seas tan mala :-) ”.

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Empezaron los gritos y el presidente de la Comisión José Mayans decidió levantar la reunión. Minutos antes se había escuchado a Caputo decirle, “No me van a tener 8 horas, ¿no?”. Algunos se animaron a decir que fue a propósito. “Estaba en el peor momento de su exposición, lo teníamos acorralado”, opinó un diputado kirchnerista que se quedó con las ganas de preguntar.

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La reunión de Comisión había empezado puntual a las 9 con una exposición de Caputo sobre la deuda externa. Y como se preveía defendió la actual política a rajatabla: “El financiamiento es un espejo. Si uno se ve gordo tiene que adelgazar”, dijo como metáfora. Traducido: si queremos mantener los planes sociales tenemos que endeudarnos. Aclaró que el tema de la deuda les preocupa como gobierno y que el camino del gradualismo es, de a poco dejar de endeudarse. Ese ciclo empezaría en 2021, según el ministro, dos años después de que Macri deje la presidencia; la reelección no está asegurada.

Después de eso, se produjo una jugada de ajedrez magistral, que pondría transitoriamente en ventaja a Cambiemos. La primera pregunta la hizo un diputado oficialista. Caputo no contestó y el presidente de la comisión, el peronista formoseño José Mayans, le dio la palabra al siguiente orador. Ahí estalló un primer escándalo: el ministro no contestaría las preguntas una por una sino que acumularía varias. Una manera de no tener que confrontar directamente con nadie o incluso de poder, en el montón, zafar de responder alguna pregunta incómoda. El kirchernismo intentó evitarlo, votaron la metodología y perdieron.

Le preguntaron por la deuda: ¿Cuánto se emitió? ¿Qué riesgos ve? “Se pasaron la década del 90 diciendo que la deuda no iba a traer ningún problema y ya sabemos cómo terminamos”, increpó Kicillof. Caputo respondió todas las preguntas con seguridad y sin problemas. Se puede estar de acuerdo o no, pero el tipo está convencido de lo que hace.El riesgo del financiamiento es la dependencia externa y tenemos que corregirlo”, aclaró de todos modos.

Más dudas aparecieron cuando le tocó responder por su situación patrimonial. Por primera vez empezó a hablar bajito, mirar para abajo, titubear Por lo menos, estaba nervioso.Las offshore no son delito. Es como tener dinero en una caja de seguridad”, dijo. ¿Omitió declarar una offshore en su declaración jurada? El aseguró que no: “Soy fiduciario que no es lo mismo que ser dueño”; “No soy dueño de Noctua”; “No tengo ninguna vinculación con Axis desde el 4 de diciembre de 2015 y la denuncia en mi contra fue cerrada”. “Está todo en mi declaración jurada”.  

Usted dijo recién que era testaferro”, le contestó Agustín Rossi, jefe de bloque K en diputados, en el momento más alto del debate que tomó volumen. “Este es un gobierno de ricos. Son un accidente de la historia. La democracia está hecha para que gobiernen los iguales y no los desiguales ”, gritó mientras los legisladores oficialistas lo abucheaban.

El resto de la reunión venía transcurriendo sin mayores sobresaltos. Mayans, presidente de la Comisión bicameral se encargó permanentemente de evitar que todos aplaudieran.Son muy ruidosos los diputados -se quejaba el senador- acá no estamos acostumbrados”; “Usted le tiene que dar el micrófono a quien yo le digo”, reprendió a un empleado en medio de un debate que se generó.

La mayoría de las preguntas fueron sobre la deuda. Las explicaciones que dio sobre sus temas judiciales cerraron al oficialismo y no a la oposición, que ya prepara nuevas denuncias judiciales.

El Gobierno estaba por anotarse una victoria. Mandó a su ministro a dar explicaciones, lo rodeó de un contexto amistoso y Caputo lograba responder todo. El final de la reunión era tan técnico que terminó de aburrir a los pocos interesados.

Pero el escándalo final les vino bien a todos. “Podíamos dejarlo pasar y que el título fuera la aburrida reunión de comisión. Ahora con este escándalo va a quedar como que el tipo se fue por la puerta de atrás ”, reconoció un legislador opositor. ¿También le sirvió a Caputo para irse antes? Ya desde hace días habían anticipado que no se iba a quedar hasta más de las 13.

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Estábamos ganando 6 a 0 y terminamos yéndonos por la puerta de atrás”, dijo a A24.com un senador oficialista que había sido central en la estrategia de la presentación.

¿Qué dijo Caputo al final? Reaccioné como padre y no como funcionario público. No era el lugar ni la forma, les pido disculpas a todos”. Sabor a poco.