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Israel y Nisman, un giro que marca un cambio en la política exterior de Alberto Fernández

Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Israel y Nisman, un giro que marca un cambio en la política exterior de Alberto Fernández

En su más trascendente giro en política internacional, el presidente Alberto Fernández comunicó ayer que el primer viaje al exterior de su mandato será el miércoles próximo a Israel, para participar el jueves de la conmemoración del Holocausto judío y de la lucha contra el antisemitismo. Es un gesto elocuente de apoyo a Israel, a los Estados Unidos y a la lucha contra el terrorismo, luego de fuertes ruidos que se habían producido en la relación.

Hubo intensas gestiones previas luego de algunos ruidos bilaterales. El Presidente delegó a su secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, para acordar todos los detalles de la visita con la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen. En Cancillería confirmaron la gestión.

Fernández considera imprescindible esa señal para la negociación de la deuda con el FMI y la renegociación con los acreedores privados, un pilar del programa económico. De ese modo puso distancia del ala kirchnerista del Gobierno, que había generado roces con Washington e Isreal.

En los gobiernos argentino e israelí confiaron a A24.com que el gesto implica además un giro decidido en favor del esclarecimiento del atentado a la AMIA, de 1994, que dejó 85 muertos, y de la muerte del fiscal de la UFI-AMIA Alberto Nisman, el 18 de enero de 2015.

Recientes declaraciones oficiales habían generado dudas acerca del compromiso de la Casa Rosada con la comunidad judía. Pero el mismo día que Alberto Fernández anunció que viajará a Israel, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, dijo que no cree que Nisman se haya suicidado y abonó la hipótesis del homicidio o el suicidio inducido.

Y ambos gestos ocurren justo antes del quinto aniversario de la sospechosa muerte, este sábado, cuando habrá una marcha en tribunales.

En concreto, Fernández participará del “Foro Internacional de Líderes en Conmemoración del Dia Internacional de Recordación del Holocausto y la Lucha contra el Antisemitismo”, en el Museo de Yad Vashem, en Jerusalén, el 23 de enero. Será el 75° aniversario de la liberación del campo de concentración Auschwitz-Birkenau.

Habrá 50 presidentes y jefes de Estado de las máximas potencias mundiales. En Cancillería dijeron a A24.com que posiblemente Fernández tenga reuniones bilaterales o diálogos con los presidentes de los Estados Unidos, Donald Trump; de Francia, Emmanuel Macron; de Rusia, Vladimir Putin; de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y de Israel, Benjamin Netanyahu, entre otros. Momento propicio para negociar cuestiones económicas.

De hecho, el Presidente y el canciller Felipe Solá llegarán el miércoles el 22 a Tel Aviv y tendrá una cena con todos esos primeros mandatarios.

En sintonía con esa agenda, Massa habló de Nisman, la AMIA, Venezuela y Evo Morales, todos conflictos vinculados a las relaciones con los Estados Unidos. Su planteo fue favorable a los reclamos de Washington. "Son heridas abiertas que la Argentina tiene que cerrar, como la Embajada de Israel o la Amia. Tengo la tranquilidad de ver al Presidente comprometido en que esos temas se esclarezcan”, dijo Massa a radio La Red.

“Yo no creo en el suicidio de Nisman, no parecía que la actitud que traía previa a su fallecimiento fuera la actitud de alguien que quería suicidarse. En todo caso, creo más en el homicidio o en el suicidio inducido", opinó. "Tenemos que lograr que la Justicia tenga las herramientas para esclarecer este hecho. Son marcas que tenemos que borrar", enfatizó.

También agregó: “Venezuela no respeta las normas democráticas. Ha perseguido a opositores". Y si bien consideró que "hubo un golpe de Estado" en Bolivia, señaló que Evo Morales como “refugiado no debe hacer afirmaciones políticas más allá de lo mínimo indispensable” y sorprendió con una noticia: “La Cancillería le ha pedido a Morales que sea prudente con sus declaraciones".

En buen romance, el viaje de Fernández a Isreal y las declaraciones de Massa se acercan a los planteos que Washington hace en forma reservada. Nada de todo eso es casual. Hubo negociaciones previas para acercar posiciones, porque habían quedado fisuras con Israel.

Además de los diálogos entre Vitobello y la embajadora Galit Ronen, hubo una invitación del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aceptada por Fernández, que se hizo luego de aclarar varias tensiones. “Fue invitación. Y fue decisión del Presidente de concurrir. Vitobello coordinó con la embajadora”, dijo a A24.com un altísimo funcionario. La diplomacia israelí lo celebró en forma inmediata. “Es muy buena señal”, señaló.

Hubo fuertes tensiones en la relación. Antes de asumir, la designada ministra de Seguridad, Sabina Frederic, había opinado que Hezbollah no debía ser declarada “organización terrorista”, porque ese era “un problema sólo de los países de la OTAN y no nuestro”. Fue desautorizada por el canciller Solá que negó un cambio de estatus.

De todos modos, por ese episodio el gobierno de Netanyahu suspendió el envío del ministro de Ciencia, Tecnología y Espacio, Ofir Akunis, de segunda línea, a la asunción de Alberto Fernández. “Frederic habló por su cuenta. Ni Solá ni el Presidente piensan que hay que modificar nada en cuanto al Hezbollah”, decían ayer en Balcarce 50.

Frederic expresa al ala kirchnerista dura del Gobierno, vinculada con el CELS de Horacio Verbitsky. Luego anunció que revisaría la pericia de la Gendarmería que determinó que Nisman fue asesinado y que fue convalidada por el juez federal Julián Ercolini.

Después el Gobierno anunció que solo iba a revisar los métodos de la pericia. Y Fernández dijo que “no hay ninguna prueba del homicidio” de Nisman, pese a que en 2017 había expresado “dudas del suicidio”. Massa pareció expresar la nueva línea del Gobierno. ¿Qué pasó antes? “Hay que atribuirlo a la confusión general que forma parte de todos”, dicen en Cancillería. El plan de acercamiento a Israel fue bien aceitado.

También había habido mensajes reservados de disgusto y malestar del gobierno de los Estados Unidos, histórico aliado de Israel, por los gestos del Gobierno hacia el régimen venezolano de Nicolás Maduro, aliado de Irán, y por el refugio político del boliviano Evo Morales.

La semana última, la Cancillería argentina condenó a Maduro por el cierre de la Asamblea Nacional, algo que fue bien aplaudido por el Departamento de Estado en Washington, y Evo Morales difícilmente hará campaña para su país luego del pedido de Cancillería.

“La relación con Estados Unidos y con Israel es buena, fluida y normal. Tenemos muchos acuerdos y algunos desacuerdos. Las noticias de la agencia Bloomberg sobre malestar de Estados Unidos por Evo Morales son más expresiones de los bonistas que de funcionarios. Si Trump quiere decir algo usa los canales oficiales”, decían ayer en la Cancillería argentina.

Fuentes cercanas al gobierno de Israel aseguraron que ambos países “quieren dar vuelta la página” tras la tensión bilateral durante el gobierno de Cristina Kirchner por la firma del Memorandum con Irán para investigar la causa AMIA en Teherán. Ese acuerdo motivó la denuncia de encubrimiento de Nisman contra Cristina y varios funcionarios, luego de lo cual apareció muerto.

“Esto es un gran avance de Alberto. No hablará de Nisman en Israel, pero el tema AMIA y Nisman están presentes en la relación y el gesto de Alberto es hacer su primer viaje al exterior a Israel. Eso dice todo”, dijo un allegado a la diplomacia israelí.

Según la Agencia Judía de Noticias (AJN), el director del Departamento de América Latina en la cancillería israelí, Modi Ephraim, celebró el viaje de Fernández y dijo que “muestra el compromiso del gobierno argentino en la lucha contra el antisemitismo y la importancia que tiene la relación con la colectividad judía argentina la más grande y la más importante en América Latina, estamos muy contentos”.

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