Vacunas

La pelea secreta entre la Casa Rosada y Estados Unidos para destrabar la compra de vacunas

Tenso clima internacional en medio de las desesperadas negociaciones para destrabar la llegada de vacunas al país.
Stella Gárnica
por Stella Gárnica |
Alberto Fernández recibió la última tanda de vacunas chinas Sinopharm mientras avanzan las negociaciones con EE.UU. para destrabar la llegada de las de AstraZeneca. (Foto: Presidencia)

Alberto Fernández recibió la última tanda de vacunas chinas Sinopharm mientras avanzan las negociaciones con EE.UU. para destrabar la llegada de las de AstraZeneca. (Foto: Presidencia)

“Este Gobierno no le pide permiso a la Embajada como hacían antes, actúa”. La frase resume el clima que se vive en los pasillos de la Casa Rosada y que terminaron con la ministra de Salud, Carla Vizzotti y la asesora presidencial, Cecilia Nicolini, recibiendo la semana pasada a funcionarios de la embajada de los EEUU Buenos Aires en un salón del primer piso de Balcarce 50, para intentar destrabar la importación de las vacunas de AstraZeneca compradas por la Argentina, y que permanecen retenidas en Norteamérica.

La duda que dejaron entrever funcionarios del más alto nivel del Gobierno argentino es que, más allá de las desmentidas oficiales, la pelea geopolítica entre EE.UU. China y Rusia para consumar su poder territorial en la región en medio de la pandemia, está afectando la llegada de vacunas y otros insumos esenciales a la región.

Un rumor corrió fuerte en la Casa Rosada el jueves, horas antes de la cumbre de Vizzotti y Nicolini con la encargada de Negocios de EE UU en Buenos Aires, MaryKay Carlsson.

Desde la Embajada llamaron para pedir que no saquen comunicados o información relacionada a las vacunas que se negocian con laboratorios de Estados Unidos, (entre ellos, de Astrazeneca) .

Cerca de Vizzotti interpretaron eso como un apriete por el comunicado con el que el gobierno argentino intimó a AstraZeneca a que presente información sobre las causas de la demora en la entrega de las 22 millones de vacunas compradas por el Gobierno argentino, y por las cuales ya se pagó el 60%.

El ministerio "por indicación del Presidente", había pedido a través de un comunicado y posterior reunión con Astrazenca que:

  • "Informen los avances sobre la vacuna producida en Argentina".
  • "Avances en la producción y control de calidad de la vacuna"
  • "Cronograma de entrega estimado".
  • "Informen sobre las eventuales dificultades que atraviesa el proceso de producción de la vacuna y los tiempos en que podrá iniciar la recepción de las dosis que Argentina"

"Esta información es vital para la organización de la campaña de vacunación", advirtió Vizzotti.

De la reunión, que se llevó a cabo en la sede del ministerio de Salud, participaron el presidente de Astrazeneca, Agustín Lamas, junto a Germán de la Llave y Verónica Aguilar.

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El apriete de Vizzotti a los responsables de AstraZeneca en Argentina derivó en una respuesta del laboratorio norteamericano, y las quejas de la Embajada, pero enseguida, desde el más alto nivel de la Casa Rosada, salieron a respaldar a la ministra de Salud.

"AstraZeneca lamenta confirmar un retraso en nuestra intención de iniciar envíos antes para América Latina a pesar de trabajar incansablemente para acelerar el suministro", expuso la farmacéutica del Reino Unido.

Después de las quejas de la "Embajada", fuentes cercanas al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero señalaron a A24.com: "El comunicado del Ministerio de Salud estuvo perfecto, solo informó sobre la situación real de lo que estaba sucediendo. Minutos después, el jueves, desde Presidencia, se confirmaba la reunión de Vizzotti y Nicolini con la Encargada de Negocios de la "Embajada", en la Casa Rosada.

La reunión se concretó en uno de los salones principales (el living aledaño al Salón Eva Perón, donde suele reunirse el Gabinete nacional).

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El anuncio oficial habló de un acuerdo para avanzar en la colaboración y apertura de EEUU a la exportación de los insumos que necesita Argentina para hacer frente a la segunda ola de la pandemia. Se da en un contexto en que se cierran los mercados para la compra de vacunas de las otras dos potencias, China y Rusia, que sigue mandando las vacunas Sputnik V, pero a cuenta gotas. (Este sábado llegó otro avión con más de 700 mil dosis de la Sputnik).

Tal como había anticipado en aquella oportunidad A24.com, Vizzotti insistió con los reclamos de Alberto Fernández y del canciller Felipe Solá para que Estados Unidos abra la exportación de vacunas frenadas por la ley que prohibe exportar en pandemia, insumos sanitarios.

Argentina quiere comprar las vacunas que EEUU tiene en stock de AstraZeneca y Moderna, que no está utilizando, porque solo usa la Pfizer para inmunizar a su población.

Cerca de Cancillería creen que las 5 millones de vacunas compradas por Argentina pero que están varadas en de Estados Unidos por una ley que prohibe exportar insumos sanitarios en pandemia, llegarán a Argentina en el transcurso de mayo, cuando Joe Biden termine de vacunar a su gente.

Después de la reunión de Vizzotti y Nicolini con la funcionaria norteamericana, Cafiero salió por cuanto canal de TV pudo, a "desmentir que haya una pelea ideológica o de geopolítica" por las vacunas y negó que Argentina haya quedado en el medio de la pelea de las potencias. Ratificó la posición del gobierno argentino de "negociar con todos".

Un día después, Vizzotti y Cafiero salieron a bajar el tono a la polémica.

¿EE. UU. hace lobby por Pfizer?

Pero el Gobierno argentino evitó confirmar cuál fue la respuesta de Carlsson al planteo de destrabar la exportación de los 5 millones de dosis comprados por Argentina que quedaron varados en Estados Unidos, cuando México los derivó al laboratorio de ese país para culminar el proceso de envasado, por falta de insumos.

Para descomprimir la situación, Vizzotti salió a aclarar el viernes, que en la reunión con la encargada de Negocios, "el Estado Americano se comprometió a continuar ayudando a los esfuerzos de la Argentina para avanzar en el plan de inmunización", y dejó entrever un principio de acuerdo para que Estados Unidos acelere en los próximos días la donación o venta de las vacunas de AstraZeneca que ha comprado y no está utilizando.

Vizzotti recordó que "Argentina compró a AstraZéneca 22 millones de dosis", dijo que "el laboratorio argentino cumplió su parte en el proceso de elaboración de la sustancia, el laboratorio de México tuvo demoras en el envasado y ahora están en el laboratorio de Estados Unidos en última etapa de control de calidad".

En los pasillos de la Rosada algunos funcionarios destacaban que el apriete de Vizzotti a AstraZeneca argentina "sirvió para que salgan a la luz los responsables del laboratorio norteamericano". Estados Unidos tuvo que salir a defenderlos.

Pero por lo bajo, en el Gobierno de Alberto Fernández admiten que las trabas del gobierno de Biden responden a un interés de Estados Unidos de hacer lobby a través de sectores de la oposición política y de los medios, para imponer la venta de la vacuna de Pfizer en el país y en la región (Latinoamérica).

Ponen como ejemplo las noticias sobre la reapertura de las negociaciones de Vizzotti con Pfizer y los anuncios del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y sus gestiones para comprar esa vacuna, independientemente de las comrpas que haga el Estado nacional.

Quienes sostienen esa postura, justifican las demoras de las vacunas de AstraZeneca en la pelea geopolítica de las potencias por controlar la vacunación en la región:

Y en este caso, advierten sobre una estrategia de EE. UU. con el objetivo de tirar tierra a la vacuna de AstraZeneca, por tratarse de una producción a escala regional que anunciaron en 2020 los presidentes Alberto Fernández y de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con la promesa de distribuirla a todos los países de Latinoamérica.

Según esta lectura, Estados Unidos teme perder posiciones "en su patio trasero" (América Latina):

  • Le compra vacunas a China
  • Le compra vacunas a Rusia
  • Fabrica su propia vacuna de origen inglesa en tandem con México.

Remarcan que la AstraZeneca, desarrollada por Oxford junto a laboratorios en Argentina (Hugo Sigman), otro en México y en Estados Unidos, cuesta 20 dólares. Mientras, la Pfizer que es la que eligió Estados Unidos para inmunizar a toda su población, cuesta el doble.

Pero más allá del negocio y los precios, el problema, insisten, es "geopolítico".

Después de la malísima gestión de Donald Trump en la pandemia, EEUU se dio cuenta que Rusia y China le coparon la región en la pandemia.

Otros gestos de "independencia" que mostró la Rosada: Al término de la reunión de Vizzotti y Nicolini con la encargada de negocios de EE UU, Alberto Fernández terminó la agitada jornada del jueves en el Aeropuerto de Ezeia, recibiendo la última tanda de vacunas Sinopharm.

Fue el último lote de vacunas de China que -como India igual que Estados Unidos-, anunciaron el cierre transitorio de sus exportaciones para priorizar la vacunación de su población.

La declaraciones de Solá que desataron la polémica

El canciller Felipe Solá fue en realidad quien despejó en público la polémica sobre los enriedos que circulan alrededor de las compra a AstraZeneca, cuando advirtió en declaraciones radiales la preocupación del Gobierno por el anuncio de India de frenar los envíos de las 580.000 segundas dosis de la vacuna Covishield (la misma vacuna de Oxford pero con otro nombre comercial).

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¿Qué pasó con la vacuna de la India?

La polémica por la suspensión de entregas del laboratorio de la India -que sufre el mayor récord de muertes por coronavirus desde que empezó la pandemia- llevó más incertidumbre y desesperación de la Casa Rosada por conseguir más dosis para complear la vacunación en 580.000 adultos mayores de 70 años que recibieron la primera dosis de Covishield en febrero.

En medio del peor momento de la segunda ola, se suma ahora el temor a efectos adversos a su salud, si le inoculan otra vacuna producida en otro laboratorio.

Ahora Vizzotti espera una respuesta concreta del gobierno de Biden, pero con el mensaje de que "este gobierno no le pide permiso a nadie" para negociar todas las vacunas. Fue ratificado por Cafiero que señaló que siguen "negociando con todos".

En el medio, la ministra de Salud deberá responder a la Justicia ante las denuncias de la oposición sobre supuestas irregularidades en las negociaciones que empezó su antecesor y renunciado, Gines González García por los fracasos vistos hasta ahora en la compra de las vacunas de Pfizer y de AstraZeneca.

La grieta política, vuelve a meter su cola en el plan de vacunación, con la sociedad argentina en medio de un nuevo récord de contagios y muertes y el sistema sanitario peleando contra reloj.