A 10 días de las PASO

Larreta y Bullrich meten a Vidal y a Macri en la interna, y Cristina Kirchner divide a Massa y Grabois

Massa busca captar el voto del kirchnerismo duro para que no se vaya con Grabois, pero Cristina Kirchner no participa de la campaña y deja crecer al piquetero; Vidal y Macri se ubicaron a ambos lados de la grieta de Juntos. ¿Qué hará el expresidente?

Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Massa intenta captar los votos kirchneristas para que no se vayan con Grabois

Massa intenta captar los votos kirchneristas para que no se vayan con Grabois, pero Cristina Kirchner no está en la campaña

Cuando faltan sólo 10 días para las PASO que definirán a los dos candidatos mejor posicionados para ser presidente desde diciembre próximo, Juntos por el Cambio quedó envuelto en una pelea interna que hace peligrar la unidad despues de las primarias, mientras que Unión por Todos transita una crisis en la que la vicepresidenta Cristina Kirchner pone nerviosos a unos y a otros bandos del oficialismo.

Según pudo saber A24.com, la vicepresidenta no piensa aparecer en la campaña al menos hasta despues del 13 de agosto, con el resultado puesto de las primarias. Cristina Kirchner se niega a aceptar que existen las PASO dentro del oficialismo y se recluyó en el Senado.

El ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión, Sergio Massa, sospecha que la vicepresidenta no quiere jugarse de lleno por la suerte de la coalición oficialista. Si le va mal al Gobierno en las elecciones, como sospecha, ella quedaría al margen de la derrota y le echaría la culpa al presidente Alberto Fernández y a los responsables de la economía, empezando por el propio Massa.

Cristina Kirchner vive el dilema entre la formalidad y la ideología

En lo formal, Cristina Kirchner respalda a la lista de Massa, porque de ella cuelgan los precandidatos a gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a senador Eduardo "Wado" De Pedro y a diputado Máximo Kirchner. Los tres últimos responden linealmente a Cristina Kirchner. ¿Cómo no apoyar a sus tres principales delfines?

Sin embargo, la vicepresidenta sabe que muchos de sus seguidores están tentados a votar a la lista del precandidato presidencial más radicalizado ideológicamente, Juan Grabois, contrincante de Massa, que no tiene casi chances de ganarle. Una base electoral K podría acompañarlo. Cristina, así, transita el dilema entre la formalidad y la ideología.

“Cristina Kirchner se corrió de esa disputa y algunos señalan que apoya veladamente a Grabois, con la secreta idea de que haya un voto kirchnerista duro que condicione a Massa”, señaló un operador del Gobierno a A24.com.

En usinas del kirchnerismo aseguraron que Cristina Kirchner aparecerá en la campaña después de las PASO del 13 de agosto, cuando no haya duda de que el candidato es Massa. “El principal problema que ella tiene es que no quiere reconocer que en el frente Unión por la Patria hay PASO”, dijo a A24.com una fuente cercana a un ministro.

Cristina Kirchner quiere cuidar a sus votantes enojados con Massa

Cuando se le pregunta a los allegados a Cristina Kirchner si algunos votos krichneristas podrían ir a Grabois, muchos hacen silencio y asienten tácitamente. Más allá del apoyo formal de Cristina Kirchner a Massa, Kicillof, Wado y Máximo Kirchner, la vicepresidenta no termina de jugarse porque sabe que muchos seguidores suyos incondicionales están enojados con las líneas generales del Gobierno. Quiere cuidar también su voto duro, que podría ir a Grabois.

Por ejemplo, muchos sectores kirchneristas sospechan que el verdadero acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se conocerá del todo después de las PASO. El desembolso de 7500 millones de dólares llegaría con la condición de medidas de ajuste en los gastos y en los ingresos para cumplir la meta fiscal de déficit de 1,9% del PBI.

Por un lado, habrá que recortar más subsidios económicos y aumentar más aún las tarifas de servicios públicos, como la luz y el gas, que ya tienen aumentos siderales en la clase media; por otro, habrá menos transferencias a las provincias y es posible que haya que congelar algunos salarios públicos. Ella no se jugará por ese ajuste: nunca lo hizo.

Después de todo, Cristina Kirchner sabe que si Massa hace una excelente elección en las PASO, y luego en las generales del 22 de octubre próximo, el ministro de Economía se convertirá en el hombre fuerte del peronismo, y líder indiscutido, en los futuros años. Y ella debería ceder su liderazgo, algo que nunca le resultó fácil.

Reservarse votos de Grabois para la posterior disputa con Massa

A los ojos de Cristina Kirchner, Massa tiene que depender electoralmente del liderazgo de ella y por eso no deja de ser apetecible para la vicepresidenta que Grabois se lleve muchos votantes del kirchnerismo duro y que de ese modo no todo el poder le quede para Massa y que ella pueda compartir una porción indispensable para el tigrense.

Ese es el meollo de las discusiones de estas horas entre Malena Galmarini, precandidata a intendenta de Tigre y presidenta de Aysa, esposa de Massa, y los seguidores de Grabois. Galmarini dijo que el voto a Grabois no es un voto útil y desató respuestas de seguidores del líder piquetero. En el fondo, es Cristina Kirchner la que divide a Massa de Grabois.

“Tras las PASO todo quedará más claro y con Massa como candidato Cristina Kirchner podrá dar todo su apoyo al candidato constituido de Unión por la Patria que será Massa”, se esperanzan en las usinas del ministro y del presidente Alberto Fernández, que también tomó distancia de la campaña, pero en su caso para no ser piantavotos de Massa.

Bullrich y Larreta metieron en su interna a Macri y Vidal

En el campamento de Juntos por el Cambio, se enardeció la disputa entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, que se sacan chispas porque el jefe de gobierno porteño logró que María Eugenia Vidal y el radical Facundo Manes digan públicamente que votarán a Larreta.

Esa jugada provocó críticas fuertes del bullrichismo a ambos dirigentes, pero sobre todo a Vidal. Juan Pablo Arenaza, jefe de campaña de Bullrich, criticó a la ex gobernadora por haber prometido neutralidad y tomar posición. Insinuó, también, que el apoyo a Larreta fue a cambio de favores: la catalogó como "la empleada del mes".

Vidal respondió que no pretende manipular el voto de los ciudadanos. Pero puso incómodos a sus viejos aliados Cristian Ritondo, Alejandro Finocchiaro y Alex Campbell, entre otros, que hasta hace dos meses jugaban con ella y ella les dio libertad de acción para optar entre los dos candidatos.

Estos optaron por alinearse con Patricia Bullrich y ahora son sus candidatos en distintas listas. Y el nuevo apoyo de Vidal a Larreta los dejó más que incómodos. Por ese motivo, Ritondo salió a marcar fuerte la cancha y criticó a Vidal para no quedar sospechado por el bullrichismo y refirmar su apoyo incondicional a Bullrich.

Los ex aliados de Vidal quieren que pasen rápido las PASO

En los otros dos dirigentes hubo silencio, pero cerca de ellos señalaron a A24.com: “Hay que esperar a las PASO que falta poco y despues estaremos todos juntos. Pese a que hay incomodidad, la elección de Vidal por Horacio es de ella y no nos compromete a los que quedamos de este lado, hay que desdramatizar y esperar a que pase”.

Tanto en el entorno de Bullrich como de Larreta aseguran que quien resulte perdedor de las PASO se encolumnará con el ganador porque nadie querrá quedar fuera del futuro gobierno, que descuentan será de Juntos por el Cambio. Lo que discuten, en rigor, no es sólo poder, sino la velocidad y la intensidad con la cual aplicarán el cambio.

Sin embargo, el gesto de Vidal terminó con el último líder neutral de Juntos por el Cambio, que era el propio ex presidente Mauricio Macri. El ex mandatario se ofuscó con Vidal y dijo que ésta “ha desdibujado su perfil”. Y que últimamente viene tomando decisiones con las que Macri no está de acuerdo, pese a que él la ilusionó con la candidatura presidencial.

Macri se posiciona definitivamente más cerca de Bullrich

La sentencia de Macri lo posicionó al ex presidente definitivamente más cerca de Bullrich que de Larreta. Y es posible que en la última semana de campaña Macri haga una aparición televisiva donde presente más explícitamente su cercanía con la ex ministra de Seguridad antes que con el jefe de gobierno.

“Si Vidal está desdibujada por apoyar a Larreta, quiere decir que lo correcto hubiera sido ser neutral o apoyar a Bullrich. ¿Hubiera dicho Macri esto de Vidal si apoyaba a Patricia?”, dijo un allegado a Rodríguez Larreta a A24.com. En el larretismo están enojados con Macri por su toma de posición. Todo esto hace más difícil la unidad post PASO.

En medio de las tensiones, Bullrich lo resolvió con la ironía en Olavarría. Cuando le preguntaron si se sentía incómoda porque Vidal y Manes apoyaban a Larreta, ella contestó. “Son sólo dos votos y nosotros vamos a ganar por muchos más votos”. Larreta contrapuso que obtendrá millones de votos.

Macri y Vidal se pusieron de uno y otro lado de la grieta

La operación de Vidal para apoyar a Larreta dejó al descubierto que será difícil recomponer la unidad de Juntos cualquiera sea el ganador de las PASO una vez ocurridas las primarias. Vidal y Macri eran los últimos garantes de la unidad pero ya no lo son, porque quedaron marcados de uno y otro lado de la grieta.

Macri se siente más cómodo con el triunfo de Bullrich y podría enviarle una señal en la última semana de campaña. Considera que Larreta, junto con el ex jefe del gabinete Marcos Peña, eran los defensores del “gradualismo” en su fallido gobierno de 2015-2019. El ideólogo de aquella estrategia era el consultor ecuatoriano Jaime Duran Barba.

En cambio, Bullrich siempre fue la que le aconsejó hacer los cambios más drásticos y acelerados, que era su idea original. El terreno de esa disputa era el ajuste fiscal, el combate a los piquetes y la erradicación de los planes sociales. Tambien los estilos de hacer campaña: el marketing versus la calle.

Esos debates vuelven a estar en el tapete: cuando Bullrich promete una rápida salida del cepo, la televisación de lo que dejó el kirchnerismo, el combate al narcotráfico, el orden en las calles y en la seguridad, o el fin de los planes sociales le moja la oreja a Larreta. Presume que el jefe de gobierno porteño no haría esos cambios drásticos.

Cuando terminó el gobierno de Macri en 2019, el gradualista moderado Marcos Peña se fue a su casa y el ex presidente designó a Bullrich como presidenta del PRO. Y desde entonces la relacion de Macri con Larreta quedó en el limbo y en la tensión. Desdibujada. Ahora podría agravarse con el final de la campaña hacia las PASO.