El conflicto de Malvinas no pierde vigencia en la agenda política argentina. En las últimas horas varios anuncios encendieron una polémica que nadie sabe cómo va a terminar.
La canciller Diana Mondino firmó un acuerdo con su par de Gran Bretaña, David Lammy, para acercar posiciones sobre Malvinas. Victoria Villarruel la cruzó con fuerza: “Nos ofrecen migajas como consuelo”.
El conflicto de Malvinas no pierde vigencia en la agenda política argentina. En las últimas horas varios anuncios encendieron una polémica que nadie sabe cómo va a terminar.
Todo comenzó el martes pasado, cuando la canciller Diana Mondino firmó un acuerdo en Nueva York con su par de Gran Bretaña, David Lammy, para acercar posiciones respecto del diferendo de Malvinas, y la noticia fue presentada por el Gobierno como un "avance diplomático". El punto más saliente del acuerdo es el restablecimiento de un vuelo regular desde San Pablo (Brasil) a las Islas Malvinas, con una escala mensual en Córdoba, que había sido suspendido desde que la administración de Alberto Fernández endureció su reclamo de soberanía.
Otro eje central es "organizar un viaje de familiares de caídos a las Islas antes de fin de 2024, para que puedan visitar las tumbas de los soldados que allí descansan", informó Cancillería. "También se estableció la necesidad de avanzar con medidas concretas en materia de conservación de pesquerías", agregó la cartera que encabeza Mondino.
El acuerdo fue recibido con beneplácito por la Asamblea Legislativa de las islas Malvinas, que manifestó haber estado involucrada a todo lo largo de su negociación.
Las agrupaciones de excombatientes salieron duramente a criticar. Para los excombatientes "este nuevo acuerdo Mondino–Lammy implica un giro importante en la política respecto a la Cuestión Malvinas, abandonando los reclamos y facilitando los actos unilaterales británicos".
El CECIM de La Plata publicó el último jueves un comunicado en el que resaltó que "de la misma manera que en el Gobierno de Mauricio Macri se utilizó como caballo de Troya el proceso llevado adelante por la Cruz Roja Internacional para la identificación de las tumbas de los soldados sepultados como NN, el Gobierno Nacional de Javier Milei allanan la estrategia británica de utilizar una cuestión humanitaria para avanzar en lograr mejores condiciones en la usurpación de las Islas".
En este sentido, Ernesto Alonso, secretario de Derechos Humanos del CECIM, aseguró en diálogo con A24.com que “Milei entra a los temas en forma disruptiva y puede engañar a algunos, pero no a todos, siendo Margaret Thatcher uno de sus referentes, su misión entre otras es terminar con la política de Estado sobre la Cuestión Malvinas, invisibilizar la presencia colonial de Gran Bretaña en el Atlántico Sur y consolidar el objetivo final que es la entrega del Atlántico Sur, las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, el sector Antártico Argentino y los mares correspondiente”.
Al cierre de la semana se sumó a la crítica la vicepresidenta Victoria Villarruel quien cuestionó la reapertura del diálogo por las Islas Malvinas, al advertir que esa propuesta es "contraria a los intereses de nuestra Nación" dado que se plantea "cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio".
Villarruel se encargó de marcar que existe una grieta al interior del espacio libertario en torno a un acuerdo que, en la práctica, le otorga beneficios al país invasor. "Todos saben lo que representa Malvinas para mí y que ese es mi límite y me obliga a expedirme. La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra Nación", consideró la titular del Senado a través de una publicación en sus redes sociales.
Y señaló que se busca "entregar apoyo logístico continental a la ocupación y permitir de hecho que puedan seguir depredando nuestros mares. ¿Para qué? ¿Para ir a visitar nuestras islas con visa y pasaporte? ¿Nos toman por tontos?", expresó. Según dijo, "ellos obtienen ventajas materiales, concretas e inmediatas, mientras que a nosotros nos ofrecen migajas como consuelo emotivo y debilitan nuestra posibilidad de negociación".
Para Villarruel, "resulta insólito que mientras los Estados Unidos nos ofrecen buques guardacostas para proteger nuestro mar argentino del pillaje extracontinental, nosotros propongamos cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio".
"Estas no son palabras contra nuestro gobierno, sin embargo, es inevitable expedirme sobre este acuerdo, ya que es un tema que toca cada fibra de mi identidad y pone en juego los intereses permanentes de nuestra gran Nación. Porque somos amigos de todos, pero primero de la Patria", aclaró.