Festejos

Polémica: ¿Deberían ir los jugadores de la selección a la Casa Rosada?

El Gobierno quiere la foto de los jugadores en la Casa Rosada. Los jugadores prefieren festejar solo en el Obelisco. ¿Tienen derecho a declinar la invitación o deberían respetar la "tradición"?
Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Los festejos del Mundial 86

Los festejos del Mundial 86

¿Pero realmente fue así? En 1978 Videla entregó la Copa y la medalla a la selección en el estadio de River. Eran tiempos oscuros y a las dictaduras les gusta ser parte de esos momentos; no hubo festejo en la Rosada y las convocatorias populares se dieron alrededor del Obelisco. Después, en 1979, la selección juvenil campeona del mundo fue al balcón presidencial.

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En 1986, la Selección fue al balcón presidencial con Maradona a la cabeza. Antes habían tenido una reunión privada con el presidente Raúl Alfonsín. Aunque los jugadores festejaron solos en el balcón, en la memoria colectiva queda la idea de que habían estado juntos. A veces la memoria engaña.

En el 86 la democracia había vuelto a la Argentina hacía dos años: era la primavera democrática, Alfonsín era el padre de todos, hacía unos meses había terminado el Juicio a las Juntas y había una idea de un futuro próspero. “Con la democracia se come, se cura y se educa”, decía el presidente. Y todos le creíamos.

Con los años, algunas ideas cambiaron. La democracia se consolidó en la Argentina y llevamos casi 40 años de elecciones ininterrumpidas. Casi unánimemente se acepta que es el mejor sistema de gobierno. Pero no se logró la prosperidad que se había prometido.

En estos años hubo un quiebre con la política: ya ningún presidente es el “padre de todos”, la autoridad presidencial quedó completamente desdibujada y la democracia no trajo los resultados esperados en materia social y económica: con la democracia no se comió, no se curó y no se educó.

Estos jugadores son hijos de esa decepción. La mayoría de ellos nació en los 90, cuando empezó a destruirse la matriz productiva de la Argentina con cifras de desempleo superiores al 20%. Esa década que terminó en 2001 con un 50 o 60% de pobreza, según como se mida. El jugador más joven de la selección -Enzo Fernández- nació en enero de 2001. ¿Por qué querría fotografiarse con un político?

Es difícil pedirle a estos jugadores que vayan a la Casa Rosada como síntesis de la argentinidad. El Gobierno representa a una parte de la Argentina, los que los votaron. Ya no existe esa idea de que los gobiernos representan a la Nación toda. En muchos casos, los dirigentes no hacen el menor esfuerzo para disimular esa parcialidad.

¿Por qué los jugadores de esta selección que hoy son símbolo de unidad nacional aceptarían sacarse una foto con un político que no los representa? ¿Por qué cederían su popularidad a los Alberto Fernández, Mauricio Macri, Cristina Kirchner, Horacio Rodríguez Larreta? ¿Por qué deberían ir a un balcón que no es otra cosa que un símbolo de los fracasos de la Argentina?

Quizás el Gobierno podría intentar hacer un encuentro más discreto. Donde los jugadores puedan acercarse a mostrarle la Copa al presidente (en definitiva, es el presidente y la Copa llegó a la Argentina) pero con un dispositivo de comunicación más cerrado. Sin intentar ninguna espectacularidad. Sin hacer de eso un gran evento en el cual ni siquiera pueden garantizar la seguridad.

Y por sobre todas las cosas, el presidente debería estar preocupado por lo que pase el día después de los festejos. Porque cuando termine la celebración, el país va a estar igual de mal que hace 3 días. Y la política no da respuesta a ninguno de los problemas reales de la gente.

Quizás pueda contribuir a que los próximos campeones mundiales estén deseosos de sacarse una foto con su presidente. Hoy esa no parece ser la realidad.

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