LAS EMOCIONES
“Somos seres emocionales que pensamos” y no al revés. La dirigencia política supone que somos seres racionales que nos emocionamos y allí reside la base del error conceptual con el que se lo analiza a Javier Milei.
Los periodistas y dirigentes se espantaron con las propuestas de Milei de poner una bomba en el Banco Central, dolarizar la economía, permitir la venta de órganos o de bebés; y aún se espantan en estos días por la plataforma electoral expuesta con ciertas definiciones que en otro tiempo serían “pinta votos”.
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Javier Milei presentó sus 60 propuestas como precandidato a presidente: (Foto: NA).
Debo decirles que la mayor de las equivocaciones hoy en día es enfocarse en el “fenómeno Milei” combatiendo desde la lógica argumental. La sintonía entre el candidato de La Libertad Avanza y sus seguidores corre en otro carril, el de la emoción pura.
Emoción no debe confundirse con pasión. Las emociones básicas son el desprecio, asco, el miedo, la ira, la alegría, la tristeza y la sorpresa.
A los partidarios anti casta (anti política también) los une la ira (en mayor o menor grado), el asco y desprecio por la falta de resultados y desconexión de años de referentes políticos. No encontraron, por un lado, resultados económicos positivos; y por el otro, que ante esa falta de resultados no hallaron respuestas empáticas y cercanas con una porción de la sociedad que no escucha palabras sino que pretende acciones concretas.
Ya no hay herencias, ni FMI, ni siquiera décadas ganadas o perdidas, este sector que crece no responde encuestas y no recuerda prácticamente momentos en los que la política fuera vista como una verdadera herramienta de transformación de la realidad. Descreen, no creen y denostan a la política.
NO HAY RAZONES
Es tal la contradicción que la conversación entre los dos modelos sería así, en este ejemplo exacerbado (o no tanto)
CONVERSACIÓN: Entre el votante “racional” y el simpatizante Milei
RAZÓN: ¡Son muy locas las propuestas de Milei!
EMOCIÓN: ¿Qué propuestas?
R: ¿No las escuchaste?
E: No
La de venta de bebes, órganos, dolarizar, explotar el banco central…
Ah sí. Ni idea, pero yo lo voto
¿Pero estás de acuerdo con esas ideas?
No, para nada, pero quiero que sea presidente
Está mal lo que me decís
Es que quiero que los haga sufrir a ellos
¿Cómo es eso?
Nos hicieron sufrir tanto que quiero uno que los moleste, uno que les complique la vida. Con eso es suficiente y por mí está bien
Pero eso nos repercutiría a nosotros también
Me importa que sufran ellos como nosotros
Finalmente, el país estaría peor
¿Seguro? ¿Quién te asegura eso? Hay que romper todo y empezar de cero
Muy arriesgado…
Los que nos prometieron que sabían (de todos los colores), no lograron nada. Tenemos pobreza al máximo, inflación, inseguridad, narcotráfico…
Ya no sé qué decirte…
Javier Milei y Victoria Villarruel 2.webp
CONCLUSIONES
Milei tiene méritos. Los tiene, encontró su lugar, no se mueve del posicionamiento que eligió. Capitaliza cada conflicto, problema y error de la clase dirigente.
Conserva su imagen de outsider.
No deja de ser disruptivo
Vehemente en su modo de comunicar
Marca posiciones firme. Elige y define sus posturas. Nada de tibieza
Confronta de frente con sus rivales elegidos
Conecta con su público que crece
Corre a la casta por cada
En definitiva, Milei representa a las personas que quieren propinarle un daño a la “casta” política. Y con ese concepto, Milei ya ganó. Instaló temas, logró reformular el modo bipolar de las coaliciones y puede hasta ser presidente.
(*) Gabriel Slavinsky es Psicólogo, consultor y analista político