La Jungla del Poder

Reforma laboral, tributaria y el Presupuesto: los desafíos de un Milei que necesita evitar dos fantasmas

El Gobierno debe empezar a mostrar algunas cartas de negociación. La CGT muestra su perfil más dialoguista. Las dudas por la gestión parlamentaria de la gestión Milei.

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Reforma laboral, tributaria y el Presupuesto: los desafíos de un Milei que necesita evitar dos fantasmas

Javier Milei necesita empezar a mostrar resultados. Se lo piden en Estados Unidos, el círculo rojo local, empresarios varios, los mercados… y quizás la gente. Es fundamental que el Gobierno empiece a reaccionar y a mostrar gimnasia política. Por eso, en las últimas horas se precipitó la renuncia de Diego Santilli a su banca de diputado y va a asumir como ministro del Interior; por eso, Manuel Adorni está ultimando los detalles de lo que va a ser su nuevo gabinete.

Lo central es poder aprobar un presupuesto para 2026 que despeje el ruido político, empezar a discutir una reforma laboral que flexibilice condiciones de contrataciones y al menos iniciar el camino de la nueva reforma tributaria. Son tres discusiones separadas, que se juntan y entremezclan. Pero siempre con un denominador común que genera dudas: ¿tendrá pericia política el Gobierno para poder lograrlo?

Las dudas y certezas de la reforma laboral

La CGT no se va a oponer. Lo confirmaron distintas fuentes de la nueva conducción de la central. En la elección de esta semana se logró lista única y unidad; no es poco. El único que se abrió fue Roberto Fernández, de la UTA, en disidencia con algunos manejos internos que no hacen al fondo de la cuestión.

Esta semana se van a reunir. La idea es empezar a elaborar una propuesta de reforma que sirva como contrapunto a lo que plantee el Gobierno. Van a buscar defender los derechos, pero saben que algo tienen que ceder y que esta vez el debate va a ser obligado.

“En los últimos años, los trabajadores vienen perdiendo fuerte y no solamente con gobiernos contrarios, sino con los propios”, analiza uno de los líderes gremiales que estará en la mesa chica de esa discusión.

Todos saben que la mitad de los trabajadores están en la informalidad. Eso no solamente es un perjuicio para el propio trabajador, que ve vulnerado sus derechos; también lo es para las propias centrales gremiales. ¿Desde qué lugar la CGT se puede erigir como la representación de los trabajadores si sus gremios tienen cada vez tiene menos afiliados?

De los tres nuevos jefes de la CGT, quizás el que más entienda las nuevas dinámicas del trabajo es Jorge Sola, un gremialista atípico. Es el líder del sindicato de seguros y fue secretario de prensa de la CGT en los últimos años.

Si bien creció sindicalmente de la mano de Hugo Moyano y su MTA de los 90 (oponiéndose a Menem), tiene una mirada más abierta que se impuso por la propia realidad de su sector.

Además, tiene una amplia formación académica: es técnico mecánico, profesor de biología, abogado y tiene un diplomado en sociología de Flacso.

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Jorge Sola, en el medio, es uno de los integrantes del nuevo triunvirato de la CGT (Foto: archivo).

Jorge Sola, en el medio, es uno de los integrantes del nuevo triunvirato de la CGT (Foto: archivo).

Los empleados del seguro tienen alta rotación y bajo arraigo con la actividad. Mientras otros gremios cuentan con un público más fiel (el camionero o el metalúrgico suele entrar en la actividad de muy joven y sigue en eso hasta que se jubila), sus trabajadores van y vienen según las circunstancias y no tienen la camiseta puesta en lo que hacen.

Él ve de primera mano -a diferencia de otros líderes gremiales- muchos fenómenos del trabajo del siglo XXI: alta rotación, gente que no quiere quedar atada a una empresa, no quiere afiliarse a un gremio, y que en muchos casos prefiere contratos temporales antes que la relación de dependencia…

Son muchas variables habituales para una parte del mundo del trabajo, pero muy ajenas para otros.

Otro líder gremial, también de la mesa chica, sentencia ante la pregunta de A24.com sobre posibles paros: “Es fácil ser combativo para defender una actividad particular. Muchos de los que hablan de hacer paro, después no te acompañan. La mirada de la ciudadanía, elige otra cosa”.

Las dudas por la reforma impositiva

Es otro de los temas que plantea Milei. En ese debate vuelve a escena la cuestión del llamado “SuperIVA”.

La idea del Gobierno, y que tiene el respaldo de algunos gobernadores, es eliminar el IVA tal como lo conocemos y que sean las provincias las que se encarguen de recaudar ese tributo.

Nación se quedaría con 7 puntos del impuesto y el resto iría para las provincias. Sería una coparticipación al revés. Por encima de esos 7 puntos, cada provincia puede cobrar lo que quiera. Esto permitiría, según la lógica oficial, que compitieran entre sí por ofrecer tributos más bajos.

Esta ingeniería tiene varios problemas. El primero es que hay un debate constitucional sobre si este cambio sería posible.

Por otro lado, hay provincias con poca actividad económica que se verían absolutamente afectadas y que tendrían serias dificultades para mantener su nivel de ingresos. “Tendríamos que poner un IVA al 32% y eso vuelve insostenible nuestra economía”, plantean desde el entorno de uno de los mandatarios que podría verse afectado.

A diferencia del peronismo, para La Libertad Avanza es un poco más fácil dar este debate. Como no tienen gobernadores aliados, sus diputados y senadores pueden votar incluso por una ley que destruya la economía de los distritos a los que representan.

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Entre los gobernadores y Milei vuelve a escena la cuestión del llamado “SuperIVA” (Foto: Presidencia).

Entre los gobernadores y Milei vuelve a escena la cuestión del llamado “SuperIVA” (Foto: Presidencia).

Los dos fantasmas de las reformas

El Gobierno tiene el desafío de evitar dos fantasmas que lo acechan frente a las reformas que quiere aprobar.

El primero es el de Macri 2017, que después de ganar las elecciones cómodamente no pudo debatir nada. Le tiraron 14 toneladas de piedra y se terminó su espíritu reformista: lo que vino después fue solo aguantar.

El segundo es el del propio Milei: en 2023 ganó con el 56% y dijo que tenía un programa de gobierno listo para aplicar. Pero pasaban los días y no presentaban nada: ni anuncios, ni proyectos de ley ni nada.

Recién 10 días después de asumir firmaron el DNU 70/30 que incluía 366 artículos, muchos de los cuales todavía hoy están frenados en la Justicia.

El 27 de diciembre, -17 días después de asumir- Milei presentó el proyecto de Ley Bases, una norma con más de 250 artículos que abordaba todos los temas: tan amplia fue esa discusión que el debate demoró más de 6 meses, el Gobierno tuvo que ceder en puntos centrales y en el medio salieron eyectados varios funcionarios.

Lo interesante de esto es que Milei perdió el momento de mayor capital político que le hubiera servido para imponer, sin mucha discusión, algunos temas de su interés. Nadie le niega dos o tres leyes a un presidente que acaba de ganar una elección. En cambio, es más fácil oponerse a 250.

Milei acaba de volver a ganar. Sigue sin haber sobre la mesa ningún proyecto de reforma. Obviamente, es otro tiempo. Ahora necesita esperar al recambio de las cámaras para evitar que el Congreso actual entierre cualquier intento de reforma. Pero otra vez aparece un letargo llamativo, una ausencia de timing.

Milei en el foro America Business Forum
El Gobierno tiene el desafío de evitar dos fantasmas. Uno de ellos es el propio Milei (Foto: archivo).

El Gobierno tiene el desafío de evitar dos fantasmas. Uno de ellos es el propio Milei (Foto: archivo).

El Gobierno y el Congreso

Desde que asumió en el Poder Ejecutivo, el Ejecutivo solo presentó 33 proyectos en el Congreso. Apenas 8 se convirtieron en ley. Muchos son temas de acuerdos internacionales.

  • Dos son temas que había impuesto la oposición dialoguista y a los que el Gobierno le dio una vuelta para hacerlo propio.
  • Tres son temas de seguridad.
  • Las leyes económicas son apenas dos (Bases y blanqueo). Muy poco en dos años para un Gobierno que se jacta de ser el que más reformas impuso en la historia.
  • La gestión de Milei no fue eficiente para imponer debates parlamentarios. Presentó poco, sancionó menos.

Ese es el desafío que tiene el Presidente para esta segunda parte de su mandato: intentar plantear debates más chicos, pero que efectivamente lleguen a sancionarse.

El cambio en el equipo es la base para poder generar esa transformación. Guillermo Francos es un viejo lobo de la política. Pero tiene menos gimnasia parlamentaria que Santilli, que cuenta con terminales en todos los espacios políticos.

Recordemos el pasado de Santilli. Viene de familia peronista y fue parte de ese partido hasta 2003, cuando se pasó al PRO. En el partido de Mauricio Macri, se encargó de ser puente con todo el PJ, con los sindicatos (se recuerda la vieja relación con Hugo Moyano), con algunos radicales…

La gran duda es si Santilli va a tener la espalda política para negociar con la oposición, sindicatos y gobernadores. Para poder ser un interlocutor creíble hay que poder dar respuestas políticas y económicas… y tener la capacidad de hacer cumplir la palabra. Algo en lo que fracasaron otros en este gobierno cuyo mantra es “no hay plata”.