Más allá de los rubros ya mencionados, Semino resaltó que la pandemia de Covid-19 les sumó también a los jubilados distintos compromisos que, a su vez, los lleva a necesitar mayores ingresos para cubrir sus necesidades básicas.
"Durante el período de pandemia se agregaron otros gastos, como el transporte. Teniendo en cuenta que el servicio público casi no lo utilizan, hay que reemplazarlo por un remís o un taxi, lo que empezó a tener un peso muy significativo dentro de lo que es la vida cotidiana y la canasta del jubilado", agregó.
Esta situación, señaló el funcionario, también aplica para elementos de protección contra el virus. "El barbijo hay que ir renovándolo y debe se de buena calidad. Hoy, un barbijo de ese tipo vale $400. Para el jubilado, esto implica un costo adicional que está pesando y me preocupa mucho porque los números nos van llevando a una canasta que está cada vez más distante de lo que percibe".
Quiénes son los más perjudicados
Para Semino, quienes más van a padecer esta situación son, lógicamente, los 4,5 millones de jubilados que actualmente cobran el haber mínimo. Ese valor, a partir del incremento de marzo bajo la nueva ley de movilidad, quedó establecido en $20.571, en tanto que el Gobierno, buscando que no quede retrasado ante la inflación, agregó el pago de dos bonos de $1.500 para abril y mayo.