A medida que avanzan los días, se confirma con mayor claridad que el medio aguinaldo será un elemento clave en el bolsillo de los adultos mayores. Para algunos jubilados, el aguinaldo supera incluso el incremento mensual en importancia, ya que se calcula sobre el mejor ingreso del semestre y puede representar un alivio considerable en un mes en el que los gastos suelen duplicarse por reuniones familiares, compras de fin de año y obligaciones cotidianas que se acumulan.
Según estimaciones preliminares basadas en los montos actualizados, la jubilación mínima —que representa a un importante porcentaje del total de beneficiarios— quedará en $340.755 en su haber mensual. El medio aguinaldo asociado a ese monto será de alrededor de $170.000, lo que lleva el total a $510.000 sin bonos. Sin embargo, si se mantiene el bono extraordinario de $70.000, un jubilado que cobre la mínima podría alcanzar un total aproximado de $580.000, una cifra considerablemente más elevada que la observada durante gran parte del año, en el que los ingresos previsionales estuvieron mayormente por debajo de la línea de indigencia según diferentes mediciones.
En un escenario económico complejo, este tipo de ingresos extraordinarios adquiere una relevancia particular. Para los jubilados que solo perciben el haber mínimo, el ingreso total del mes de diciembre representará más de lo que perciben en muchos meses combinados, si se considera el valor del aguinaldo y el posible bono. Muchos de ellos utilizan ese dinero para saldar deudas, comprar medicamentos que habitualmente quedan fuera del alcance de su presupuesto o reponer alimentos básicos que, con el correr de los meses, se han vuelto cada vez más difíciles de sostener.
En el caso de las pensiones contributivas, el panorama es similar al de la jubilación mínima, ya que sus valores se encuentran equiparados en función de los aportes y la estructura previsional vigente. Esto implica que los beneficiarios de este grupo también podrían llegar a cifras cercanas a los $580.000 en caso de recibir el bono adicional.
Por otro lado, quienes perciben la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor) tendrán un haber mensual estimado en $272.597, acompañado por un aguinaldo aproximado de $136.000, lo que eleva su total a alrededor de $408.000 sin bono. En el caso de que el bono extraordinario sea confirmado para este grupo, la cifra final podría rondar los $475.000.
En cuanto a las Pensiones No Contributivas, que abarcan a personas con invalidez o adultos mayores en situación de vulnerabilidad, el haber mensual estimado será de $238.522. A esto se sumaría un aguinaldo cercano a $119.000, resultando en un total aproximado de $357.000 sin bono. Con el refuerzo de $70.000, podrían alcanzar los $425.000, lo que constituye un alivio importante para hogares que dependen exclusivamente de este beneficio y que suelen atravesar mayores dificultades para afrontar los gastos diarios.
La confirmación de estos montos llega en un contexto en el que la población jubilada se encuentra entre los sectores más golpeados por la situación económica. Las organizaciones que representan a los adultos mayores han manifestado reiteradamente su preocupación por la pérdida del poder adquisitivo, señalando que los aumentos mensuales aún no alcanzan para compensar el ritmo de la inflación. Por eso, la combinación de aumento, aguinaldo y bono es vista como una instancia clave para recuperar parte del terreno perdido durante todo el año.
Sin embargo, especialistas en seguridad social advierten que, si bien diciembre será un mes atípico por la acumulación de ingresos, el gran desafío empezará nuevamente en enero, cuando los jubilados vuelvan a enfrentar un haber mensual sin aguinaldo y con la incógnita sobre la continuidad de los bonos. En ese sentido, los analistas remarcan la necesidad de una fórmula de movilidad previsional más estable y automática, que permita sostener una relación más clara entre la inflación real y los aumentos mensuales, evitando que los beneficios previsionales queden sistemáticamente rezagados.
Por ahora, ANSES se enfoca en garantizar que todos los pagos de diciembre se acrediten sin retrasos, considerando que se trata de uno de los meses operativos más exigentes del año. En las próximas semanas, se darán a conocer los calendarios definitivos para cada prestación, incluyendo jubilaciones, pensiones, AUH y otras asignaciones familiares. Mientras tanto, miles de beneficiarios permanecen atentos, calculadora en mano, para determinar cómo cerrar el año de la mejor manera posible.
Lo cierto es que diciembre será, para muchos adultos mayores, un mes decisivo. El aumento del 2,3 %, el medio aguinaldo y el eventual bono conforman una estructura de ingresos que, por primera vez en meses, ofrecerá un respiro económico significativo. En un país donde cada día supone un nuevo desafío económico, la confirmación de estos pagos representa algo más que una cifra: es, para muchos, una oportunidad de recuperar dignidad, tranquilidad y la posibilidad de proyectar un fin de año más llevadero.