La jubilación mínima, que reciben más de 5 millones de adultos mayores, pasará a $ 340.879,59. A esta cifra se le adicionará el bono de $ 70.000, un refuerzo que el Gobierno decidió mantener para evitar que los haberes más reducidos queden aún más rezagados. Junto al medio aguinaldo, que en este caso asciende a $ 170.439,79, el monto total que cobrará un jubilado mínimo será de $ 581.319,38. Este ingreso, si bien representa un alivio temporal, continúa ubicado por debajo de lo que diversas consultoras y organismos estiman como el valor de una canasta básica para adultos mayores.
Por otro lado, quienes se encuentran en el extremo opuesto del sistema previsional —los beneficiarios de la jubilación máxima— percibirán un haber de $ 2.293.796,92 tras la actualización. Como este grupo no accede al pago del bono, sus ingresos de diciembre quedarán compuestos únicamente por el haber y el medio aguinaldo. Este último será de $ 1.146.898,46, lo que lleva el total final a $ 3.440.695,39. Se trata de un monto elevado en comparación con el resto del sistema, aunque también sujeto a pérdida real en términos de poder adquisitivo frente a procesos inflacionarios acumulados.
A la par de las jubilaciones ordinarias, las Pensiones No Contributivas (PNC) también recibirán el aumento correspondiente al 2,34 % y se verán alcanzadas por el pago del bono extraordinario y el medio aguinaldo. En el caso de las PNC por discapacidad o vejez, el haber ascenderá a $ 238.615,71, equivalente al 70 % de la mínima. Con el bono y el medio aguinaldo, el ingreso final de diciembre llegará a $ 427.923,56, un monto que será clave para muchos beneficiarios que dependen exclusivamente de esta prestación.
Las Madres de siete hijos, por su parte, cobrarán el mismo haber que la jubilación mínima, por lo que su ingreso total será también de $ 581.319,38 en diciembre. A diferencia de los demás beneficiarios, este grupo mantiene además el acceso automático a la Tarjeta Alimentar, lo que agrega un componente adicional de asistencia que resulta fundamental para hogares con necesidades básicas insatisfechas.
Otro sector relevante dentro del sistema previsional es el correspondiente a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM). Este beneficio, destinado a personas de 65 años que no reúnen los aportes suficientes para una jubilación ordinaria, representa el 80 % del haber mínimo. En diciembre, la PUAM será de $ 272.703,67, y con la incorporación del bono y del medio aguinaldo, el total a cobrar alcanzará los $ 479.055,50. Si bien se trata de un monto inferior al que perciben los beneficiarios de la mínima, la PUAM sigue siendo una herramienta central para quienes se encuentran fuera del sistema contributivo.
La confirmación de estos montos llega en un momento en el que los adultos mayores reclaman previsibilidad y mejoras sostenidas que permitan recuperar gradualmente el poder de compra perdido. A lo largo de los últimos años, la brecha entre las jubilaciones y el costo de vida se ha ampliado, generando una situación de vulnerabilidad creciente. Si bien diciembre suele ser un mes con ingresos reforzados, lo cierto es que el desafío estructural persiste y requiere medidas de mayor alcance para revertir la tendencia de deterioro.
Entre los puntos clave que deberán tener en cuenta los beneficiarios, ANSES destacó que el aumento se aplicará desde diciembre y será determinado estrictamente por la variación del IPC, mecanismo que seguirá vigente mientras no se implemente una nueva fórmula previsional. Además, recordó que el bono de $ 70.000 se mantiene exclusivamente para quienes perciben la mínima y las PNC, dejando afuera a los jubilados de haberes medios y altos, que han manifestado reiteradas quejas frente a esta diferenciación.
También se subrayó que el medio aguinaldo corresponde a todos los jubilados y pensionados, sin distinción, y que tanto la PUAM como las PNC deberán recibir el extra correspondiente, conforme el cálculo proporcional establecido por la normativa vigente. Estas aclaraciones resultan fundamentales dado que, cada año, diciembre suele generar confusiones y consultas masivas en oficinas y centros de atención telefónica.
Mientras tanto, economistas y especialistas en seguridad social advierten que, más allá del incremento nominal, la situación requiere una revisión profunda. El congelamiento del plus compensatorio y la aplicación de aumentos que apenas acompañan la inflación generan un escenario en el que las jubilaciones siguen sin recuperar el terreno perdido. Si bien el bono actúa como un paliativo, no forma parte del haber y, por lo tanto, no se incorpora a la base de cálculo de futuros incrementos, lo que limita su impacto a corto plazo.
En diciembre, el escenario para los adultos mayores será de ingresos más elevados, pero la discusión de fondo seguirá abierta: la necesidad de un sistema previsional sostenible, previsible y con haberes que permitan una vida digna. Por ahora, lo que se conoce es que el aumento por IPC determinará nuevamente el nivel de los haberes iniciales y que los pagos extraordinarios funcionarán como un refuerzo temporal. Para millones de jubilados y pensionados, estos números representan la diferencia entre llegar o no con lo justo a fin de año.