En 2017 a Carmela Bustelo de detectaron un linfoma de Hodgkin que cambió su vida para siempre. Un broncoespasmo que se prolongó durante 6 meses la alertó antes de terminar su carrera de arquitecta.
En 2017 a Carmela Bustelo de detectaron un linfoma de Hodgkin que cambió su vida para siempre. Un broncoespasmo que se prolongó durante 6 meses la alertó antes de terminar su carrera de arquitecta.
"Le dije a mi amiga que se vaya. Entré sola a la guardia y me hicieron una radiografía donde salió una mancha en el pulmón izquierdo. La médica me preguntó si yo fumaba y yo nunca probé el cigarrillo", contó en charla con América Noticias.
Antes de someterse a la quimioterapia, Carmela pasó por la peluquería y se hizo una peluca con su propio pelo. Tiempo después decidió comenzar a diseñar y confeccionar turbantes y vinchas para poner sobre su peluca. Y así nació una idea que convirtió en un trabajo.
"Nunca se me presentó la pregunta de por qué a mí. Sí me daba la intriga del para qué. Creo que para aprender muchísimo y para dar este mensaje de ayuda a muchas mujeres y personas que están pasando por esto. Sacar un poco los tabúes de la enfermedad y mostrar que se puede llevar de otra manera", agrega.
"Cuando viene a ver para la nueva oficina descubrió que está la Virgen de la Medalla Milagrosa, acá enfrente, que es la virgen que me acompañó durante todo el tratamiento. Fue una gran compañía, una gran ayuda", cuenta.
"Una vez que tuve la peluca me puse a ver cómo quedaba con vinchas, turbantes, aros... Yo me aferré al va a pasar y al todo pasa y pasó", sostiene.