Paso a paso:
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Cortar la manteca en cubos para que se derrita de manera uniforme.
Colocar la manteca en una olla de fondo grueso y calentar a fuego bajo.
Dejar que se derrita completamente. En este proceso, verás que se forma una espuma en la superficie; es normal, ya que son los sólidos de la leche separándose de la grasa.
Cocinar lentamente, sin remover, hasta que la espuma se torne de color dorado y el líquido se vea transparente. Esto puede llevar entre 20 y 30 minutos.
Retirar del fuego y colar a través de una gasa o colador fino para eliminar los residuos sólidos.
Guardar en un frasco de vidrio limpio y hermético. Una vez frío, podés conservarlo a temperatura ambiente en un lugar seco y oscuro.
Consejos para un ghee perfecto
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Evitar el fuego alto: si la temperatura sube demasiado, el ghee puede quemarse y adquirir un sabor amargo.
Usar manteca de buena calidad: esto influirá directamente en el sabor final.
Cuidar la limpieza del frasco: al no contener agua, el ghee dura más tiempo, pero la higiene del recipiente es clave para evitar contaminación.
Usos en la cocina
El ghee es tan versátil que se puede utilizar en preparaciones dulces y saladas:
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Para saltear vegetales o carnes.
En reemplazo del aceite en panificados.
Para darle un toque especial a arroces y sopas.
Como base para currys y salsas.
Este ingrediente, que ha trascendido culturas, es una opción práctica y deliciosa para quienes buscan un sabor más profundo y una cocción segura a altas temperaturas.