Desde 1990, guardaparques argentinos participan en misiones en la Antártida, a través de convenios con la Dirección Nacional del Antártico, enviando personal a las bases Orcadas, Carlini y Esperanza. Argentina es el único país que ha enviado sistemáticamente guardaparques a esta región, reafirmando su compromiso con la conservación global de la biodiversidad.
El trabajo de estos profesionales va mucho más allá de la vigilancia: realizan patrullajes terrestres y acuáticos, controlan actividades de visitantes y pobladores, previenen incendios y sancionan infracciones, además de informar sobre buenas prácticas de conservación. Su presencia garantiza un vínculo respetuoso entre las personas y la naturaleza, asegurando que los parques puedan ser disfrutados por las generaciones futuras.
La figura del guardaparque se consolidó como símbolo de la protección ambiental gracias a la visión de pioneros como Francisco P. Moreno, Exequiel Bustillo y Carlos Thays, quienes promovieron la creación de parques nacionales. A lo largo de la historia, la formación y profesionalización de este servicio se ha adaptado a los desafíos de la conservación, incluyendo el desarrollo de programas educativos y la cooperación con universidades para fortalecer la instrucción teórica y práctica de quienes asumen esta responsabilidad.
El 9 de octubre, al conmemorar la sanción de la Ley N° 12.103 y la creación de los primeros parques nacionales, se celebra el esfuerzo y la dedicación de los guardaparques, auténticos custodios de la riqueza natural argentina, cuyo trabajo garantiza la preservación de los ecosistemas y la biodiversidad del país.