Pero su carrera se apagó abruptamente en 2011. A los 41 años, Yospe murió tras una dura batalla contra un cáncer en la unión esofagogástrica. Fue internado en la Clínica San Lucas, en San Isidro, donde pasó sus últimos días en coma farmacológico.
Su familia confirmó que el tumor fue detectado demasiado tarde: ya estaba avanzado y con metástasis. “Todo fue muy rápido”, contaron. Tenía molestias al comer desde hacía más de un año, pero el diagnóstico llegó tarde.
El desenlace dejó a Valentino sin padre. Sus restos descansan en el cementerio judío de Berazategui.
La segunda gran herida llegó en 2019. La madrugada del 23 de febrero, Natacha fue hallada muerta en un salón de fiestas de Tigre. Según la Justicia, la causa fue una sobredosis de cocaína.
Sin embargo, desde el primer momento, la hipótesis de un crimen encubierto sobrevoló el caso. Su familia denunció irregularidades en la investigación, pero la versión oficial nunca cambió: sobredosis, no asesinato.
Valentino tenía apenas 13 años. Su vida volvió a partirse en dos.
Hoy, con 19, Valentino rompió el silencio en una entrevista con Fernanda Iglesias. Y no se guardó nada: “A mi tío siempre lo dejé bien parado, pero la realidad es distinta. Desde que tengo ocho años, y más aún después de la muerte de mi madre, que todo colapsó para él, siempre fue muy violento conmigo”.
El testimonio dejó helados a muchos. El joven, que cargó con la sombra del dolor y el escándalo mediático, ahora expone un costado desconocido de la familia Jaitt.