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Valentino, hijo de Natacha Jaitt, denunció a su tío Ulises por violencia familiar y contó el calvario que vivió

Valentino, hijo de Natacha Jaitt, conmocionó al contar el tormento que asegura haber sufrido con su tío Ulises durante su infancia y adolescencia, a quien finalmente denunció por violencia familiar.

Valentino, hijo de Natacha Jaitt, denunció a Ulises por violencia familiar y contó el calvario que vivió

Valentino, hijo de Natacha Jaitt, sorprendió al relatar el calvario que, según aseguró, vivió con su tío Ulises entre los 8 y los 16 años. El joven explicó que ese mismo motivo lo llevó a presentar una denuncia por violencia familiar.

Desde el fallecimiento de la mediática en febrero de 2019, Ulises cobró gran protagonismo en los medios y, en más de una ocasión, pareció asumir un rol cercano al de una figura paterna. Sin embargo, de acuerdo con el testimonio del adolescente, la realidad habría sido muy distinta.

“A mi tío siempre lo dejé bien parado, pero la realidad es distinta. Desde que tengo ocho años, y más en el peor caso que fue la muerte de mi madre, que todo colapsó para él, siempre muy violento conmigo”, arrancó diciendo Valentino ante Fernanda Iglesias en Puro Show (El Trece).

“A mi hermana nunca la tocó, porque era mujer y esa era su justificación. Y yo fui el que sufrió la violencia por mano dura por parte de él”, precisó que él fue quien se llevó la peor parte en esta historia.

Allí también habló de la actitud de su mamá, quien, según contó, nunca habría tomado dimensión de la gravedad de lo que sucedía a su alrededor, aunque en algún momento intentó ponerle un freno: “Mi madre no estuvo tan pendiente de lo que pasaba con Ulises, porque estaba con muchas cosas enfrente y no tenía tiempo para darme esa atención que yo necesitaba. No la juzgo para nada, porque estaba atravesando un momento difícil de su vida”.

“Yo viví bajo manipulación de él por muchos años, hasta que decidí actuar. Tenía que hacer como que él era el tío perfecto, como que era un padre para mí. (...) Él creía que la única opción para que yo me porte bien, porque yo era muy rebelde, era usar la mano dura. Y lo fue así desde que yo tenía ocho hasta mis 16 años”, relató de manera estrememecedora.

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Cómo fue el calvario que vivió Valentino, hijo de Natacha Jaitt

“Empezó con manotazos, después zamarreos, me agarraba de los pelos y me arrastraba por toda la casa. Me ha pegado con cinturón; me ha dejado marcas en las piernas; me ha dejado lesiones en la cara; me ha subido hasta el baño del piso de arriba. Me ha metido en el baño con agua fría, mientras me caía el agua fría el tipo me cag... a trompadas, agarraba un palo de escoba, me lo partía a la mitad en la espalda, en las piernas. Estuve dos semanas rengo, no pude caminar mientras el se cagaba de risa y decía que me la tenía que bancar”, dijo.

Entonces reconoció: “Yo vivía con demasiada presión, amenaza y manipulación. Yo creía que todo lo que él me hacía estaba bien. Creía que me lo merecía. Él lo hacía porque al final del día él pensaba que se arrepentía, como que no quería, pero él decía que no le quedaba otra. Viví muchos años bajo sus alas demoníacas. Siempre ocultó esa versión de él en los medios, quiso quedar como el papá nuevo que yo tenía, el tío perfecto”.

"Yo iba a la escuela, pero si me pegaba, faltaba. Estaba marcado, tenía lesiones. Si yo iba y veían las marcas, iban a denunciarlo. He tenido que mentir diciendo que me habían robado, porque un día tenía la puerta abierta, llegué tarde y él había entrado. Todo para tomar aire fresco… El único lugar a donde iba era el chino o la plaza, a dos cuadras", siguió su relato Valentino.

Valentino denunció a Ulises Jaitt

Además, explicó que su hermana también estuvo exenta: “Fallece mi mamá. Yo vivo solamente con él. Mi hermana también viene a vivir conmigo. Pero así mismo mi hermana era como mi madre. No se metían mucho en la situación y trataban de escapar de la violencia de Ulises”.

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Tras entrar becado a una escuela de la colectividad judía todo cambió: “A partir de entrar al psicólogo, yo abrí los ojos”.

Valentino reveló que a sus 16 se fue a vivir a un hogar y tras un infructuoso reencuentro con su tío decidió que no tenía retorno: “Si lo tenía que sacar de mi casa tenía que denunciarlo”.

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