ES FUROR

Hallazgo increíble: en Misiones comen madera para alimentarse

Una emprededora en Misiones ofrece platos elaborados en base a madera comestible. Todos los detalles.

Hallazgo increíble: en Misiones comen madera para alimentarse

Hallazgo increíble: en Misiones comen madera para alimentarse

En el corazón de la selva misionera existe un fenómeno que sorprende a turistas, investigadores y amantes de la gastronomía: la madera que se come. Lo que suena a leyenda o curiosidad selvática es, en realidad, uno de los descubrimientos más singulares de la región. Se trata del yacaratiá, un árbol nativo cuya madera puede procesarse para ser consumida como alimento, un hallazgo que hoy forma parte de la identidad culinaria de Misiones.

A diferencia de cualquier madera tradicional, el yacaratiá tiene una particularidad clave: su bajo contenido de celulosa, lo que permite que, mediante un proceso específico, pueda ablandarse y transformarse en un producto apto para el consumo humano. Este tratamiento fue desarrollado y patentado por el ingeniero forestal Roberto Pascutti, quien dedicó años de investigación hasta lograr que la madera pudiera cocinarse, cortarse y servirse como si fuera un ingrediente más de la cocina regional.

image

El procedimiento es complejo y completamente artesanal. Primero, la madera se hierve durante horas para romper su estructura interna; luego se cocina lentamente con azúcar de caña o en preparaciones que permiten que adquiera textura tierna y sabor suave. El resultado es sorprendente: una madera comestible, con notas dulces y una consistencia firme similar a un fruto confitado.

Con el avance del proyecto, el yacaratiá empezó a ganar protagonismo en restaurantes y emprendimientos locales. En Misiones ya se utilizan “tablas” de madera braseada, mermeladas, confituras, alfajores, néctares y hasta bombones elaborados con esta materia prima natural. Algunos chefs lo consideran un producto gourmet y lo emplean en platos innovadores que atraen a comensales de todo el mundo.

Lejos de la explotación indiscriminada, el proyecto se sostiene bajo un fuerte compromiso ambiental: solo se utilizan árboles caídos, preservando la selva misionera y reforzando la idea de que se trata de un recurso sustentable y de valor cultural.

Lo que en su origen era apenas una curiosidad de la selva hoy es un ícono gastronómico local. La madera comestible de Misiones no solo sorprende por su rareza, sino también por su capacidad de unir tradición, ciencia y creatividad culinaria en un producto único en el mundo.

Embed

La historia detrás de la madera comestible de Misiones

El hallazgo de que en Misiones se come madera no es parte de un mito urbano ni una extravagancia pasajera: se trata de una tradición científica y gastronómica única en el mundo. El producto estrella es el yacaratiá, un árbol nativo de la selva misionera cuya madera, tras un proceso especial, se vuelve apta para el consumo humano. Esta transformación no es casualidad, sino el resultado de décadas de investigación iniciadas por el ingeniero forestal Roberto Félix Pascutti, quien descubrió el potencial alimenticio del árbol y desarrolló un método seguro para trabajarlo.

Hoy, su hija Vanina Pascutti continúa con el legado familiar y dirige la pyme que produce alfajores, bombones, mermeladas y hasta tablas dulces elaboradas íntegramente con este material. El proceso, que dura varios días, implica un tratamiento controlado que elimina toxinas naturales y ablanda la fibra hasta darle textura de fruta cocida. El sabor sorprende a quienes lo prueban por primera vez: muchos lo comparan con la pera, el durazno o la nuez.

Además de su valor gastronómico, la madera comestible se vincula con un modelo sustentable. Solo se utilizan árboles caídos de manera natural, lo que convierte al proyecto en una forma innovadora de aprovechar los recursos del monte sin dañarlo.

image