González Prieto describió a Burlando como un "factor de presión", una figura externa que, en lugar de colaborar, habría causado fricciones con las autoridades locales. "La llegada de Burlando a Corrientes fue vista como la de alguien que jugaba de visitante. Los locales no querían que un foráneo viniera a imponer sus métodos, marcando la cancha en un territorio donde las reglas ya estaban establecidas", afirmó el periodista.
Este ambiente de desconfianza y resistencia por parte de las autoridades correntinas hacia Burlando podría haber entorpecido el avance de la investigación. El abogado, acostumbrado a los focos de la atención pública y a imponer su presencia en casos mediáticos, se encontró con un entorno en el que su estilo no fue bien recibido, generando un clima de tensión.
Finalmente, tras más de dos meses de trabajo, Burlando decidió apartarse del caso, aduciendo diferencias irreconciliables con la dirección que estaba tomando la investigación. “Se querían juntar con el poder político, y eso a mí no me gusta, especialmente cuando ese poder está bajo investigación”, comentó Burlando al justificar su decisión de retirarse.
Este giro en los acontecimientos deja al caso de Loan Peña en una situación aún más incierta. Los padres del niño, que desde el principio contaban con representaciones legales separadas, ahora enfrentan la búsqueda de una nueva estrategia para encontrar respuestas en la desaparición de su hijo, mientras que las especulaciones sobre el impacto real de la intervención de Burlando continúan creciendo.