Mark Bryan se gana la vida ejerciendo una disciplina poco conocida pero muy compleja. Tiene 63 años y es ingeniero en robótica. Sin embargo, en los últimos días su vida adquirió notoriedad por su forma de vestir.
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Mark Bryan se gana la vida ejerciendo una disciplina poco conocida pero muy compleja. Tiene 63 años y es ingeniero en robótica. Sin embargo, en los últimos días su vida adquirió notoriedad por su forma de vestir.
"La gente tiene tan arraigado que ciertas prendas son para hombres y otras para mujeres, que cuando cruzas esa línea, eres gay. Soy heterosexual y mi forma de vestir no tiene nada que ver con la sexualidad", dice Mark, que no tiene problemas en usar pollera y zapatos con taco, como parte de su look cotidiano.
La mitad de la rompa de su armario es femenina, el resto es ropa masculina, que lo terminó por aburrir. “Estoy en una edad en la que no me importa lo que la gente piense. Si las personas quieren ver bien lo que estoy usando, está bien”, explica.
"Veo la ropa sin género, y me encanta la libertad que obtengo al poder usar ropa tanto de hombre como de mujer. Empecé a explorar mi estilo cuando iba de compras con mi esposa y ella sugirió: ‘¿por qué no miramos vestidos y faldas?’", agrega.
Mark afirmó que la gente “tiene tan arraigado que ciertas prendas son para hombres y, cuandro cruzas esa línea, entonces eres gay”. En ese sentido, enfatizó que es un hombre “heterosexual y cisgénero” y que su forma de vestir “no tiene nada que ver con la sexualidad”.
Para eso, rescata el apoyo de su esposa, con quien está casado hace 11 años y tiene tres hijos. "¿Apoyo a Mark? Sí, por supuesto. Creo que se vería increíble con cualquier cosa, pero después de todo, él es mi esposo. Usa tacones mucho más altos que yo, pero sus piernas también se ven mucho mejor", manifestó la esposa.