Una nueva serie de Netflix ambientada en Francia sorprende con su mezcla de acción, drama y aventura. Descubrí por qué está dando tanto que hablar.
Netflix: la nueva serie corta con 8 episodios que acaba de estrenarse y ya está entre las más vistas. (Foto: Archivo)
La nueva serie en Netflix, titulada Néro, ha irrumpido en la plataforma con una propuesta que combina el drama histórico con una narrativa cargada de aventura y acción. Con solo ocho episodios, esta producción francesa se posiciona como uno de los estrenos europeos más ambiciosos del año, transportando a los espectadores a una Francia convulsionada de comienzos del siglo XVI.
Néro no solo ofrece un viaje visual al pasado, sino también una reflexión sobre los dilemas morales que enfrentan sus protagonistas. En un contexto donde la lealtad y el poder se confunden, cada decisión tiene consecuencias devastadoras.
Su creador, el francés Allan Mauduit, conocido por Kabul Kitchen, dirige la primera parte de la temporada, mientras que Ludovic Colbeau-Justin, realizador de Jack Mimoun & The Secrets of Val Verde, se encarga del cierre de la historia.
La trama de Néro comienza en 1504, en el sur de Francia, un territorio marcado por la sequía, el hambre y la violencia. El protagonista, Néro (Pio Marmaï), es un mercenario despiadado que ha sobrevivido a innumerables guerras, traiciones y pérdidas. Sin embargo, su mundo se derrumba cuando descubre que su antiguo mentor lo ha traicionado y que su hija, Perla, a quien creyó muerta, está viva y en peligro.
Esa revelación lo obliga a emprender una peligrosa misión para rescatarla, enfrentándose a enemigos que lo conocen demasiado bien. Padre e hija deben recorrer un país dividido, plagado de espías, nobles corruptos y soldados sin honor. El viaje los llevará desde Perpiñán hasta la fortaleza medieval de Salses, un enclave real que perteneció a los Reyes Católicos y que fue reconstruido con un nivel de detalle impresionante para la serie.
En ese camino, Néro se enfrenta a su pasado y a la culpa de haber abandonado a su hija. Cada encuentro, cada batalla, y cada secreto revelado lo acercan más a una redención imposible.
La serie cuenta con un reparto encabezado por Pio Marmaï, quien da vida a Néro con una interpretación intensa y visceral. Su presencia física y emocional sostiene la historia de principio a fin. A su lado, Alice Isaaz interpreta a Perla, una joven marcada por la pérdida, pero decidida a encontrar su lugar en un mundo hostil.
Completa el elenco Olivier Gourmet, actor belga de amplia trayectoria en el cine europeo, quien asume el papel del mentor traidor, aportando matices de crueldad y tragedia. Junto a ellos, destacan también Louis-Do de Lencquesaing, Camille Razat, Yann Gael, David Talbot, Lili-Rose Carlier Taboury, Max Baissette de Malglaive y Noam Morgensztern.
Cada episodio introduce nuevos rostros, desde campesinos hasta nobles, mostrando las distintas capas de una sociedad fracturada. La mirada femenina de Perla se vuelve esencial para entender el contraste entre el poder masculino y la supervivencia en tiempos de guerra.
Desde su lanzamiento, la nueva serie en Netflix se ha mantenido entre las producciones más vistas del catálogo. Su estética cinematográfica y su trama de intriga política la han convertido en tema de conversación en redes sociales. Muchos críticos han comparado a Néro con grandes producciones históricas como The Witcher o Los Tudor, aunque con una impronta más realista y emocional.
El lanzamiento de Néro marca un punto de inflexión en la estrategia de contenidos de Netflix. La nueva serie forma parte de una apuesta por fortalecer la presencia de producciones europeas originales, que combinan calidad técnica, identidad cultural y atractivo internacional.
Fuentes cercanas a la plataforma confirmaron que, dependiendo de la recepción global, ya se evalúa una segunda temporada. Aunque el final de la primera deja varios cabos sueltos, su cierre emocional ha dejado satisfechos tanto a críticos como a fanáticos del género histórico.
Con una historia que combina acción, drama y aventura, Néro demuestra que el pasado puede ser tan apasionante como cualquier ficción moderna.