Cuando este insecto pasa cerca del pabellón auditivo, el canal del oído actúa como una caja de resonancia. Ese efecto multiplica la percepción del ruido y transforma el simple vuelo del mosquito en un sonido agudo y persistente. La sensación se intensifica durante la noche porque no existen otros ruidos que lo enmascaren.
Los mosquitos cuentan con un mecanismo de orientación altamente eficiente. No dependen de la vista, sino de una combinación de señales químicas y físicas que los conducen directamente al objetivo. Esta capacidad explica por qué resulta tan difícil escapar de ellos y por qué suelen concentrarse en las zonas descubiertas del cuerpo, en especial el rostro y las extremidades.
Además, lo que para las personas resulta irritante, para los mosquitos constituye una herramienta de comunicación. Investigaciones de Cornell University y de la Universidad de Florida demostraron que machos y hembras ajustan la frecuencia de sus alas para sincronizarse y facilitar el apareamiento. Ese ajuste convierte al zumbido en un código biológico que asegura la reproducción de la especie.
¿Por qué los mosquitos tienen “preferencia” por ciertas personas?
No todas las personas resultan igualmente atractivas para los mosquitos. Diversos estudios revelan que ciertos factores biológicos y químicos incrementan la probabilidad de ser picado. El tipo de piel, la temperatura corporal, el nivel de dióxido de carbono exhalado y la composición de bacterias presentes en la piel influyen en la detección por parte de los insectos.
Por ejemplo, quienes exhalan mayores cantidades de CO o presentan una temperatura corporal ligeramente más alta tienden a atraer más mosquitos. Además, ciertas bacterias cutáneas producen compuestos químicos que intensifican la señal química percibida por los insectos. La genética también juega un rol: algunos individuos poseen señales químicas naturales que los hacen más “visibles” para los mosquitos.
Estos factores explican por qué, en un mismo ambiente, algunos miembros de un grupo reciben numerosas picaduras mientras otros permanecen prácticamente intactos.