Paso a paso para lograr un budín de limón perfecto
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Batir los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla clara y ligeramente espumosa.
Agregar el aceite o la manteca derretida, integrando de forma pareja.
Saborizar la preparación con la ralladura y el jugo de limón.
Incorporar la leche y mezclar hasta obtener una consistencia homogénea.
Añadir la harina leudante, preferentemente tamizada, y mezclar de manera suave para evitar que el budín quede pesado.
Verter la preparación en un molde enmantecado y enharinado.
Hornear a 180°C durante 35 a 45 minutos, o hasta que, al insertar un palillo, salga limpio.
Es importante no abrir el horno durante los primeros 20 minutos, ya que puede afectar el crecimiento del budín y provocar que se hunda en el centro.
Ideas para servirlo y darle un toque especial
El budín de limón por sí solo ya es delicioso, pero puede adaptarse a distintos estilos:
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Con glasé clásico: mezclar azúcar impalpable con unas gotas de limón hasta formar una pasta y volcarla sobre el budín tibio.
Con semillas de amapola: aporta textura y un detalle visual atractivo.
Con un baño de almíbar: pincelar el budín apenas sale del horno con una mezcla de jugo de limón y azúcar para una miga más húmeda.
Estas variaciones mantienen la esencia de la receta, pero permiten ajustar la intensidad del sabor cítrico o sumar diferentes terminaciones.
Consejos finales para obtener siempre buenos resultados
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Usar limones frescos y evitar la parte blanca al rallar, porque aporta amargor.
Tamizar la harina para lograr una miga más liviana.
No sobrebatir la mezcla una vez incorporada la harina.
Comprobar la cocción con un palillo y dejar enfriar antes de desmoldar.