A tres años de la llegada de la pandemia de coronavirus y dos de la creación de las vacunas para terminar con ella, se conocieron que dos importantes vacunas tienen más efectos secundarios.
A tres años de la llegada de la pandemia de coronavirus y dos de la creación de las vacunas para terminar con ella, se conocieron que dos importantes vacunas tienen más efectos secundarios.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) actualizó su último informe de farmacovigilancia e incluyó nuevos efectos secundarios de las vacunas Comirnaty (Pfizer) y Vaxzevria (AstraZeneca).
Según los datos recopilados para las posibles reacciones adversas, se encontró que las vacunas podrían causar vasculitis cutánea y mareos.
Los efectos secundarios de la Pfizer son frecuentes después de la vacunación incluyen "enfermedad sistémica (fiebre y malestar general), del sistema nervioso (dolor de cabeza) y del sistema musculoesquelético (mialgia y dolor en las articulaciones)".
Pero ahora se sumó uno más, aunque se detalló que esta reacción es "rara" y generalmente ocurre dentro de las 24 horas posteriores a la recepción de la vacuna Pfizer.
Entre los efectos secundarios están: Pirexia, mialgia, cefalea, dolor en la zona de vacunación, malestar, fatiga, linfadenopatía, náuseas, escalofríos y astenia.
En cambio, la AstraZeneca sumó a sus efectos secundario la vasculitis cutánea.
El informe indica: "En base a una evaluación de los casos procedentes de los programas de notificación de acontecimientos adversos tras la vacunación, el PRAC ha considerado que existe una posibilidad razonable de que la aparición de vasculitis cutánea pueda estar relacionada con la administración de Vaxzevria".
La vasculitis cutánea es una inflamación de los vasos sanguíneos de la piel, manifestada frecuentemente en forma de erupción o como pequeñas manchas rojas o violáceas, planas y redondas, bajo la superficie de la piel, o cardenales.
Entre las razones que hacen a las personas más susceptibles de padecer vasculitis cutánea. Antecedentes familiares. Opciones de estilo de vida: El consumo de drogas y cigarrillo puede contribuir a la llegada de la vasculitis. Medicamentos. Infecciones como hepatitis B o C pueden aumentar el riesgo de vasculitis.
Además de trastornos inmunitarios. Las personas que tienen trastornos en los que su sistema inmunitario ataca por error a su propio cuerpo pueden tener un mayor riesgo de vasculitis.
Luego de más de tres años de lucha contra el Covid-19, finalmente, la comunidad científica parece tener definida una conducta para el futuro a nivel mundial: un refuerzo anual, bastará para controlar por completo a la enfermedad, aun con futuras mutaciones.
Esto implica que el tratamiento, de ahora en más, salvo una situación inesperada, será similar a lo que se hace desde hace tiempo contra el virus de la gripe o influenza: Todos los años se recibe un refuerzo una vez que se logra aislar la cepa que predomina.
Con el coronavirus se haría el mismo procedimiento. Aplicar cada año un refuerzo, el que sea necesario para evitar brotes de las cepas ya conocidas o una nueva variante. Su vigencia ya no sería de meses como ahora, sino que protegerá al ser humano por un año, hasta el próximo ciclo.
El primero en hablar de esta posibilidad fue el Dr. Antony Fauci. El especialista norteamericano, que asesoró tanto a Donald Trump como a Joe Biden, destacó la posibilidad que abrieron las vacunas con base en el ARN mensajero.
Mediante la ingeniería genética se pueden adaptar a esas vacunas rápidamente para que sean efectivas a posibles variantes del virus. Así lo demostró sobradamente. Las vacunas se elaboraron sobre el coronavirus original, pero demostró ser efectiva contra la variante más contagiosa: Ómicron. Incluso por encima de otras vacunas, como por ejemplo las chinas, y por eso el inconveniente que aún tiene el gigante asiático.
En los últimos días, dos organismos de prestigio mundial coincidieron en cuál debería ser la mejor estrategia desde este mismo 2023 a nivel global.