El cheesecake es un postre clásico y delicioso de origen estadounidense que consiste en una base crujiente, generalmente de galleta o masa quebrada, seguida de una cremosa capa de queso crema y azúcar.
El cheesecake es un postre clásico y delicioso de origen estadounidense que consiste en una base crujiente, generalmente de galleta o masa quebrada, seguida de una cremosa capa de queso crema y azúcar.
Se hornea hasta que la parte superior esté dorada y ligeramente firme. El cheesecake puede ser servido con una variedad de coberturas, pero en esta receta nos centraremos en una versión con fresas frescas para darle un toque de frescura y dulzura.
Precalienta tu horno a 160°C y forra el fondo de un molde desmontable de 22 cm de diámetro con papel pergamino.
Tritura las galletas de vainilla en un procesador de alimentos o colócalas en una bolsa de plástico y aplástalas con un rodillo hasta obtener migajas finas. Mezcla las migajas con la mantequilla derretida y presiona la mezcla en el fondo del molde. Refrigera durante 15 minutos.
Mientras tanto, en un tazón grande, bate el queso crema hasta que esté suave y cremoso. Agrega el azúcar y mezcla bien.
Agrega los huevos uno a uno, batiendo después de cada adición. Luego, añade la esencia de vainilla y mezcla hasta obtener una mezcla homogénea.
Vierte la mezcla de queso crema sobre la base de galleta en el molde preparado.
Distribuye las fresas cortadas sobre la mezcla de queso crema.
Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 45-50 minutos o hasta que el centro esté casi firme.
Retira del horno y deja enfriar a temperatura ambiente durante 1 hora antes de refrigerar durante al menos 4 horas o toda la noche.
Desmolda con cuidado y sirve tu cheesecake de frutilla con fresas adicionales como decoración opcional.
¡Disfruta de este delicioso cheesecake de frutilla casero con su suave textura y sabor a fresa fresca!