Este hábito, aunque normal y generalmente inofensivo en los primeros años de vida, puede tener consecuencias negativas si se prolonga más allá de la infancia temprana. Los especialistas en odontología pediátrica advierten que la succión prolongada del dedo puede causar problemas dentales, como maloclusiones y deformaciones en la alineación de los dientes. Estos problemas pueden requerir intervenciones ortodónticas prolongadas y costosas.
Aunque muchos niños abandonan el hábito de chuparse el dedo espontáneamente, algunos continúan con esta práctica más allá de los cinco años. Este comportamiento persistente puede ser un indicador de que el niño está utilizando la succión del dedo como un mecanismo de manejo del estrés o la ansiedad.
Los padres de estos niños a menudo intentan diversas estrategias para desalentar el hábito, desde recompensas hasta recordatorios suaves, con resultados variables. Es crucial que estos enfoques sean manejados con sensibilidad y sin castigos, para no causar un mayor estrés en el niño. Los pediatras y psicólogos infantiles recomiendan ofrecer alternativas de consuelo y reforzar comportamientos positivos para ayudar a los niños a dejar de chuparse el dedo de manera gradual.
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SEGÚN LA PSICOLOGÍA: qué significa chuparse el dedo en niños y adultos
Chuparse el Dedo en la Adultez
En los casos menos comunes en que el hábito persiste hasta la adultez, este puede ser una señal de una necesidad continua de consuelo o una respuesta automática al estrés y la ansiedad. A diferencia de los niños, los adultos que se chupan el dedo enfrentan un significativo estigma social, ya que este comportamiento es considerado infantil y puede ser motivo de vergüenza o burla.
Para los adultos, el hábito de chuparse el dedo puede estar asociado con trastornos psicológicos subyacentes, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o los trastornos del espectro autista. La intervención profesional, a través de la terapia cognitivo-conductual (TCC) y técnicas de manejo del estrés, puede ser efectiva para abordar la raíz de este comportamiento.
El manejo del hábito de chuparse el dedo requiere un enfoque multifacético, adaptado a la edad y las necesidades del individuo. En niños, se enfatiza la importancia de estrategias de apoyo y refuerzo positivo, mientras que en adultos, la intervención terapéutica puede ser necesaria.
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SEGÚN LA PSICOLOGÍA: qué significa chuparse el dedo en niños y adultos