Curiosidades

Septiembre o setiembre: cuál surgió primero y por qué ambas son válidas

Una sola palabra, dos variantes posibles y una explicación que viene desde el latín.

Septiembre o setiembre cuentan con el aval de la Real Academia Española (RAE)

Septiembre o setiembre cuentan con el aval de la Real Academia Española (RAE)

¿Se dice septiembre o setiembre? La respuesta es que las dos son correctas y cuentan con el aval de la Real Academia Española (RAE).

La explicación está en la evolución de la lengua. La palabra proviene del latín september, que era el séptimo mes del calendario romano. En esa época, el año comenzaba en marzo, de ahí su nombre: septem significa “siete”.

Con el paso de los siglos y la transformación del latín al castellano, se mantuvo la forma con "p" (septiembre), pero también empezó a circular una variante más simplificada en la pronunciación: setiembre. La pérdida de esa consonante no es un fenómeno extraño; ocurre en muchas palabras cuando en el habla cotidiana se “suavizan” ciertos sonidos.

Por ejemplo, la RAE también admite séptimo y sétimo, o óptimo y ótimo. En todos los casos, la versión sin "p" surgió después, como una manera más simple de pronunciar, aunque en el uso escrito suelen imponerse las formas con "p".

Hoy, la variante más frecuente en la escritura y en los medios de comunicación es septiembre, sobre todo en España y gran parte de América. En cambio, setiembre se conserva más en países como Perú, Bolivia, Paraguay y algunas regiones de Centroamérica, donde forma parte de la norma culta local.

En resumen: “septiembre” apareció primero porque viene directamente del latín, mientras que “setiembre” surgió después como una adaptación fonética. Ambas conviven en el idioma, y ninguna es incorrecta.

Así que, ya sea con “p” o sin ella, este mes se escribe de dos maneras, pero siempre se entiende igual.

Otros casos de palabras que admiten dos formas, según la RAE

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  • Séptimo / Sétimo

  • Óptimo / Ótimo

  • Escéptico / Escético

  • Períptico / Perítico (menos frecuente, pero también válido en textos especializados)

En todos estos ejemplos, la primera variante es la que viene directamente del latín y la segunda surgió después, por una simplificación fonética.