Cómo se prepara paso a paso esta tarta clásica
La preparación comienza con la masa, que se hace mezclando la harina, el azúcar y la manteca hasta formar un arenado. Luego se incorpora el huevo y se une sin amasar de más, para evitar que la masa pierda su textura tierna. Una vez lista, se deja descansar en frío unos minutos, lo que permite manipularla con mayor facilidad.
Mientras tanto, se prepara el relleno: las manzanas se pelan, se cortan en láminas finas y se mezclan con azúcar y un toque de limón para evitar su oxidación. Este paso no solo realza su sabor, sino que mantiene su color natural durante la cocción. Quienes prefieren un aroma más intenso pueden sumar esencia de vainilla o una pizca de canela, aunque esto es opcional.
Luego, la masa se estira y se coloca en una tartera previamente enmantecada. Se acomoda el relleno de manera uniforme y se lleva al horno a temperatura media hasta que los bordes estén dorados y las manzanas tiernas. Dependiendo del horno, el tiempo de cocción puede variar, pero suele rondar los 30 a 40 minutos.
El resultado es una tarta equilibrada, con una base suave y un relleno jugoso que concentra el sabor natural de la fruta. Se puede consumir tibia, a temperatura ambiente o incluso fría, lo que la vuelve una opción adaptable a cualquier clima o momento del día.
Con qué se puede acompañar
La tarta de manzana se disfruta sola, aunque muchas personas eligen servirla con un toque extra: una cucharada de crema batida, una bocha de helado de vainilla o un poco de azúcar impalpable espolvoreada por encima. También combina muy bien con un café, un té o una infusión suave.
Su versatilidad es otro de sus puntos fuertes: funciona como postre, merienda y hasta como desayuno casero. Además, es una preparación que se conserva bien y puede guardarse en la heladera por varios días.
Un postre de siempre que sigue conquistando mesas
La tarta de manzana casera demuestra que no hacen falta técnicas complejas ni ingredientes especiales para lograr un plato memorable. Con una masa simple, un relleno natural y una cocción accesible, se mantiene como uno de los postres más elegidos por su aroma, su sabor y su capacidad de reunir a todos alrededor de la mesa. Una receta que nunca pasa de moda y que sigue siendo sinónimo de hogar.