El arroz con leche es un postre clásico que nunca falla. Con unos pocos ingredientes y algunos trucos simples, se logra una preparación cremosa, aromática y lista para disfrutar en cualquier ocasión.
El arroz con leche es un postre clásico que nunca falla.
El arroz con leche es un clásico que combina sencillez y sabor. Con unos pocos ingredientes y algunos trucos, se puede conseguir un postre cremoso, aromático y perfecto para cualquier ocasión. La clave está en la cocción cuidadosa y en respetar los tiempos de cada paso.
100 g de arroz redondo
1 litro de leche (entera, para más cremosidad)
1 rama de canela (opcional)
1 trozo de cáscara de limón (solo la parte amarilla)
1 trozo de cáscara de naranja (solo la parte naranja)
70 g de azúcar
10 g de mantequilla
Preparar la leche y los aromáticos: colocar la leche en una olla junto con el arroz, la rama de canela y las cáscaras de limón y naranja (sin la parte blanca).
Calentar a fuego medio: mantener la leche humedecida, sin que llegue a hervir.
Primeros minutos de cocción: remover cada cinco minutos durante los primeros 40' para que el arroz no se pegue y libere su almidón, logrando una textura cremosa. Para esto, lo ideal es usar una cuchara de madera o de material que no raye la olla.
Agregar el azúcar a los 40' y mezclar durante 10 minutos.
Retirar aromáticos: sacar las cáscaras de cítricos y la rama de canela.
Incorporar manteca: apagar el fuego e integrarla. Es fundamental removerla bien.
Reposar: dejar reposar la preparación durante 10 minutos para que alcance su cremosidad final.
Servir y decorar: colocar en compoteras, espolvorear con canela en polvo y refrigerar hasta disfrutar.
El resultado es un arroz con leche suave, aromático y con el sabor tradicional que siempre conquista.
