Para mitigar la ola de calor, a pesar de los riesgos, son muchos los bonaerenses y porteños que eligen las aguas del Río de La Plata para refrescarse, aunque esté prohibido.
La costa de Vicente López, Quilmes y Caba atrae a personas de distintas zonas del AMBA, y ante la ola de calor las riberas del Río de la Plata son visitadas por bonaerenses y porteños que se acercan a refrescarse. ¿Qué peligros oculta?.
Para mitigar la ola de calor, a pesar de los riesgos, son muchos los bonaerenses y porteños que eligen las aguas del Río de La Plata para refrescarse, aunque esté prohibido.
Es por ello, que desde el municipio de Vicente López emitieron un comunicado con el fin de preservar la salud de sus vecinos y prevenir el riesgo de ahogamiento debido a las corrientes, pozos y canales irregulares que posee el mismo.
Aunque la competencia dentro del Río de la Plata es de Prefectura Naval, desde la comuna se realizan tareas de prevención, para evitar que los vecinos ingresen a bañarse y se concientiza sobre los riesgos que esto implica.
Más allá de la cartelería y señalización ubicados a lo largo del Paseo de la Costa que informan sobre la prohibición de bañarse, muchas veces los vecinos hacen oídos sordos y prefieren correr el riesgo.
Además, las tareas de prevención se realizan a través del sistema de audio digital conectado al Centro de Comando y Control, por medio de altoparlantes. En caso de que haya gente que se encuentre en el agua, se solicita que salgan.
Bañarse en el Río de la Plata, pese a las advertencias, es una práctica habitual en muchas localidades ribereñas, desde Quilmes y Punta Lara hasta Berisso. La controversia radica en el estado del río: contaminado, con basura flotante y elementos que pueden causar lesiones o infecciones.
Las autoridades reiteran que no es apto para el baño, y las sirenas y carteles en zonas como Vicente López buscan desalentar esta conducta.
Desde el año 1975 distintas ordenanzas prohibieron el acceso público a la franja costera del Río de la Plata, desde Tigre, pasando por la costa de San Isidro, Vicente López, la Ciudad de Buenos Aires, y desde Avellaneda hacia La Plata. Desde ese entonces se instalaron carteles que advertían sobre la prohibición de bañarse en dichas aguas.
Los principales motivos para la prohibición son dos: la contaminación y lo peligroso de las aguas. Según diversas fuentes, el Río de la Plata está entre los ríos más contaminados del mundo.
El Río de la Plata es altamente propenso a la contaminación ya que hace más de un siglo allí se vierten desechos cloacales, residuos y efluentes sin tratamiento. A esto se le suma el hecho de que allí desembocan dos de los ríos más contaminados del mundo: el Riachuelo y el Reconquista.
En las zonas donde se desechan los restos, además, se suelen formar hondonadas y, de acuerdo a la marea, se puede crear una succión hacía adentro de los tubos.
Bañarse en dichas aguas implica el riesgo de estar expuesto a más de 100 enfermedades. En el Río de la Plata se han identificado diversas bacterias, como enterococos y Escherichia coli, además de que se pueden contraer enfermedades como la Hepatitis A, Cólera o Salmonella.
En la cuenca también se encuentran metales pesados, incluyendo cromo, mercurio y plomo, que representan un riesgo significativo para la salud humana. Tras el contacto con el agua, pueden presentarse síntomas como vómitos, diarrea, dermatitis, conjuntivitis, o incluso enfermedades más graves, dependiendo del nivel de exposición.