Asimismo, dijo: "hago taekwondo de los cuatro años, tengo 17, así que es toda una vida haciendo este deporte. Entonces yo, mis ganas de competir empezó cuando tenía 11, más o menos por esa edad"-
Para poder financiar su viaje, Priscila dedica sus horas a ofrecer ensaladas de frutas todos los días en Costanera y Libertador, en la localidad de Mar de Ajó. Su esfuerzo y dedicación son un claro ejemplo de cómo la pasión por el deporte puede superar las adversidades.
"Sí, es muy complicado cuando no tenés la economía para viajar a los torneos, porque no es solamente todo torneo, también hay campus y topes en el medio", completó Priscila y agregó: "si no estás bien económicamente, no vas a poder ir y nunca vas a poder desarrollar tus dones en el deporte o nunca vas a poder mejorar un poco más si no salís a otros lugares.
Y cerró: "Bueno, para el próximo viaje que es en corrientes necesito 300 mil pesos para mantenerme bien, pero durante todo el año, para todos los torneos, imagínate que el viaje a Brasil ya sale un millón 200 mil".
Fiel a su estilo en la disciplina, la deportista va al frente y lucha por su sueño, en el cual tiene como pilares a su familia, su constancia, dedicación y del que quiere hacer parte al pueblo argentino, al cual ya representó y volverá hacerlo en el corto período.