A poco de que la cifra de fallecidos por Covid-19 alcance los 100.000 y después de 484 días, la desinformación y la circulación de noticias fueron y son también parte de la pandemia del coronavirus.
A poco de que la cifra de fallecidos por Covid-19 alcance los 100.000 y después de 484 días, la desinformación y la circulación de noticias fueron y son también parte de la pandemia del coronavirus.
La infodemia es el exceso de información que muchas veces conllevan a rumores que dificultan encontrar información veraz y confiable, hasta incluso puede traernos problemas serios de salud.
Por eso, es importante que nos protejamos de los engaños digitales que podemos sufrir a través de internet, páginas web, redes sociales, aplicaciones o mensajes de whatsapp.
En redes sociales circularon diversos posteos en los que se muestra cómo un supuesto imán se adhiere a la piel de las personas que dicen haber recibido la vacuna contra el coronavirus. Esto ocurriría, según las publicaciones, porque las vacunas contienen metales o materiales magnéticos capaces de atraer un imán. Sin embargo, esto es falso.
Lo que sucede obtiene el nombre de tensión superficial a “la superficie del agua que se comporta como si estuviera cubierta por una membrana muy delgada”. La tensión superficial es como la piel del agua y es tan fuerte que puede sostener objetos como un clip o una aguja.
Las vacunas no poseen metales magnéticos en cantidades suficientes como para poder lograr que un imán se adhiera a la zona de inyección de la vacuna. Según coinciden los especialistas, se necesitaría introducir un pedazo grande de material magnético debajo de la piel para lograr ese efecto.
Por las redes sociales circulaba la información que la vitamina D tenía la capacidad de reducir el riesgo de contagio ante este virus. Ningún suplemento vitamínico previene la infección por coronavirus, como tampoco está probado que la vitamina D ayude contra el coronavirus.
Aunque algunos estudios apuntan a su posible efectividad, su consumo debería ser anterior a la enfermedad y no hay suficientes evidencias científicas que lo apoyen.
Una de las fake news más extendidas a lo largo de esta cuarentena ha sido la de los peligros del ibuprofeno. ¿Es este medicamento peligroso ante el coronavirus? Lo cierto es que no.
La Agencia Española de Medicamentos afirma que no hay contraindicaciones en su uso y afirma que las patologías tratadas con este medicamento, deben seguir siendo tratadas así.
Circuló por redes sociales un mensaje viral que asegura que “se publicó un estudio científico (revisado por pares) que por fin demuestra que el dióxido de cloro cura la COVID en el 100% de los casos”.
El estudio en cuestión no demuestra que esta sustancia cure el coronavirus, tiene severas deficiencias metodológicas y no fue publicado en una revista científica con revisión por pares ni con ningún otro control de calidad sino en una donde se paga para publicar.
El dióxido de cloro es una sustancia tóxica y no es un medicamento eficaz contra la COVID-19 y otras enfermedades, advirtió la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
ANMAT recomienda a la comunidad no consumir productos que contengan dióxido de cloro o sustancias relacionadas (clorito de sodio, hipoclorito de sodio, lavandina) ya que no hay evidencia científica sobre su eficacia y el uso de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos".
En diversas notas de medios digitales se afirmó que seis voluntarios en los ensayos de Fase III de la vacuna de Pfizer-BioNTech murieron, sugiriendo que dichos decesos fueron consecuencia de la vacuna.
Ni la vacuna contra el nuevo coronavirus de Pfizer-BioNtech ni ninguna de las que tienen la aprobación de emergencia o están en proceso de aprobación reportó muertes causadas por la vacunación.
Los barbijos, tapabocas o mascarillas están diseñados para dejar pasar moléculas tan pequeñas como el oxígeno y el dióxido de carbono, y sirven como barrera para moléculas más grandes o partículas virales. Por esto no es posible que el dióxido de carbono que exhalamos se quede dentro del barbijo y nos provoque mareos o daños.
Ni la OMS ni la CDC advierten sobre la falta de oxígeno (hipoxia) con el uso prolongado de máscaras faciales.
A su vez, el uso de mascarillas no tiene ningún efecto negativo sobre el funcionamiento del cerebro o el corazón. Tampoco existe ninguna evidencia científica que confirme una alteración en la respuesta del sistema de defensas (sistema inmune) del individuo que la utiliza. Es importante recordar que los niños también pueden infectarse, enfermarse y contagiar el virus a otras personas.
Es por esta razón que se deben seguir las recomendaciones locales sobre el uso de barbijos, incluso en niños.
La ivermectina es un antiparasitario utilizado ampliamente en el ámbito veterinario y también se usa en humanos para el tratamiento de parásitos intestinales o de la piel. Recientemente se propuso su uso como terapia para tratamiento de COVID-19, lo cual llevó a que se generaran múltiples ensayos clínicos para evaluar su efectividad.
Los resultados aún no son suficientes para afirmar que la ivermectina sea eficaz como profiláctico y/o como tratamiento para COVID-19, ni mucho menos que pueda “funcionar” mejor que una vacuna.
Dado que en diferentes puntos del país se está recetando ivermectina como preventivo y/o tratamiento de COVID-19, aún SIN evidencia científica que avale su uso, la Federación de Veterinaria Argentina y la Sociedad Argentina de Infectología se han pronunciado al respecto, mediante la publicación de distintos comunicados advirtiendo NO usar la ivermectina en personas, mucho menos la ivermectina de uso animal.
Aunque el ajo este considerado como un poderoso alimento con propiedades antimicrobianas, no es cierto que su consumo sea garantía de protección contra el Covid-19.
Son muchas las fake news que nos llegan informando de productos milagrosos que logran calmar los síntomas o avance de la enfermedad provocada por el coronavirus. A pesar de que los laboratorios, científicos y farmacéuticos trabajan a pleno rendimiento para ello, aún no se ha conseguido dar con el medicamento que logre frenar este virus.
En esa misma línea, circuló que “los antibióticos son útiles para prevenir y tratar la infección por el nuevo coronavirus”, y esto es falso, ya que los antibióticos son eficaces contra las bacterias, pero no contra los virus.
Acudir a las fuentes oficiales es algo básico para mantenerse siempre bien informado. Por este motivo, es necesario revisar los contenidos de páginas como la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como de organismos públicos del Estado que van a permitir conocer al detalle las informaciones más recientes.
Las páginas del Gobierno, de los Ministerios y de cuerpos de seguridad, ofrecen información a través de sus redes sociales.