Historia de vida

Quién es el docente de Bariloche que fue elegido entre los mejores 50 para el "Nobel" de la educación

Trabaja en una escuela técnica a orillas del Nahuel Huapi y fue elegido para ganar el premio Global Teacher Prize, por el que se puede llevar un millón de dólares.
Bruno Guillén

Bruno Guillén, el docente de Bariloche que fue seleccionado entre los mejores 50 para el "Nobel" de la educación.

A sus 38 años, Bruno Guillén, un profesor de educación técnica de Bariloche, es uno de los docentes destacados del mundo, al ingresar en la selecta lista de los 50 educadores que compiten por el Global Teacher Prize 2023.

Guillén fue seleccionado entre 7.000 postulantes de 130 países para competir por el premio de un millón de dólares que otorga la Fundación Varkey en colaboración con la Unesco y alianza estratégica con Dubai Cares. Ahora deberá pasar la segunda etapa en la que quedarán diez aspirantes el “Nobel” de la docencia y en noviembre, en París, se conocerá al galardonado “mejor docente del mundo”.

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Bruno Guillén enseña en el taller Diseño asistido por computadora, en el CET 2 (Foto: gentileza).

Bruno Guillén enseña en el taller Diseño asistido por computadora, en el CET 2 (Foto: gentileza).

Bruno trabaja en el Centro de Educación Técnica (CET) N° 2, a orillas del lago Nahuel Huapi. Allí desempeña un papel fundamental en la formación de sus estudiantes. Por la mañana, dirige el taller de oficina técnica, y por la tarde, imparte capacitación en Diseño Asistido por Computadora (CAD).

La historia del docente nominado para el "Nobel" de la educación

La nominación de Guillén se basa en su destacada vocación por la excelencia educativa, especialmente en su enfoque en involucrar a sus estudiantes en la utilización de impresoras 3D para diseñar y fabricar dispositivos destinados a personas con artritis reumatoidea.

Este proyecto solidario, conocido como "Ayuda en 3D", es llevado a cabo por los alumnos del CET N° 2 y tuvo un impacto significativo en la vida de las personas con artritis. Los dispositivos creados por Guillén y sus estudiantes facilitan tareas cotidianas como abrir una botella, abrocharse un botón o abrir una puerta.

La idea para el proyecto surgió en 2019, y en los últimos cuatro años, más de 100 personas recibieron dispositivos diseñados e impresos por Bruno y sus alumnos.

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El docente tiene claro su objetivo de gestionar proyectos que representen una solución técnica a problemas sociales (Foto: Argentinos por la educación).

El docente tiene claro su objetivo de gestionar proyectos que representen una solución técnica a problemas sociales (Foto: Argentinos por la educación).

"Cuando les propuse a los chicos que orientáramos la clase hacia un fin solidario, enseguida se entusiasmaron. Organizamos varios encuentros entre los estudiantes y las personas del grupo AMAR para entender sus necesidades. En el taller, los alumnos aprenden a diseñar y dar forma al objeto, así como a imprimirlo. Hemos creado abrochabotones, calzadores de medias, abrebotellas y portallaves. Es un proceso de diseño, prueba y corrección; vamos probando hasta llegar a las versiones finales", sostuvo Guillén.

Además de este reconocimiento internacional, Bruno ya recibió otros galardones, incluyendo el tercer lugar en un concurso regional organizado por el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS) y su selección como finalista en el Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2023, donde compitió con más de 300 iniciativas.

La carrera de Bruno Guillen hasta llegar a los "Nobel" de la educación

Bruno tuvo una infancia desafiante. Su familia atravesó situaciones económicas difíciles, pero con gran esfuerzo logró estudiar una escuela técnica. Con 15 años empezó a trabajar como ayudante de electricista. Caminaba 42 cuadras para llegar al colegio y esta acción le permitió descubrir su vocación: convertirse en docente.

Primero viajó a estudiar Teología a la ciudad de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires, a la vez que trabajaba en barrios marginales, visitando hospitales y cárceles impartiendo clases a quienes lo necesitaban. Luego, regresó a Bariloche para ayudar a su padre en un emprendimiento familiar. Trabajaba de día en la herrería y estudiaba de noche en el CCT de Bariloche para recibirse de perito constructor.

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Pero sus deseos de ser docente fueron más fuertes. Un día decidió acercarse a su escuela técnica con la intención de inscribirse para poder enseñar y para su sorpresa en ese momento había una vacante. Su título de técnico electromecánico lo habilitaba para dar clases y a los pocos días comenzó una suplencia en taller de electricidad.

Tras superar numerosas barreras fue desarrollando su propio perfil docente y se recibió de profesor de educación técnica profesional. Actualmente, trabaja toda la semana con estudiantes de entre 15 y 19 años en el Centro de Educación Técnica N°2 Jorge Newbery, y los sábados es ayudante en la Universidad Tecnológica Nacional –UTN- en San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro.

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