Feriado de Pascuas

Semana Santa: por qué el Viernes Santo no se come carne y qué alimentos sí están "permitidos"

Una de las costumbres más arraigadas de esta fecha es la abstinencia de carne roja. Pero ¿por qué se mantiene esta práctica hasta hoy?

Por qué el Viernes Santo no se come carne roja. (Foto: Archivo)

Por qué el Viernes Santo no se come carne roja. (Foto: Archivo)

El Viernes Santo marca una de las jornadas más solemnes del calendario cristiano. Millones de personas en todo el mundo se detienen en medio de sus rutinas para conmemorar la pasión y muerte de Jesucristo, en un día atravesado por el silencio, la oración y la renuncia.

Una de las costumbres más arraigadas de esta fecha es la abstinencia de carne roja. Pero ¿por qué se mantiene esta práctica hasta hoy? ¿Y qué alimentos sí están permitidos?

Viernes Santo y el origen de la prohibición

La decisión de no consumir carne roja durante el Viernes Santo está cargada de simbolismo. Se trata de un gesto de penitencia, que remite al sacrificio de Cristo y que invita a los fieles a asumir una actitud de humildad y recogimiento.

Históricamente, la carne roja fue vista como un alimento asociado a la celebración, el lujo y el placer terrenal. Por eso, su exclusión en este día busca marcar una diferencia con lo cotidiano, en línea con el espíritu austero de la jornada.

La Iglesia Católica mantiene esta recomendación especialmente los viernes de Cuaresma, el Miércoles de Ceniza y el propio Viernes Santo. Aunque su aplicación puede variar según la región, las costumbres locales o las prácticas familiares.

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Qué sí se puede comer en Pascuas

En cambio, el pescado y el pollo sí están permitidos. En América Latina, el consumo de pollo se incorporó de manera generalizada durante la Semana Santa, al no ser considerado carne roja. Platos como arroz con pollo, pollo al horno o sopas a base de ave forman parte del menú de muchas familias en esta fecha.

El pescado, por su parte, se convirtió en protagonista desde la Edad Media. Considerado un alimento humilde y vinculado a la figura de los apóstoles –muchos de ellos pescadores–, ganó un lugar privilegiado en la cocina de Semana Santa.

Empanadas de vigilia, pastas con salsas sin carne, milanesas de merluza, rabas, paella o salmón ahumado son algunos de los clásicos que combinan sabor y tradición, sin apartarse del espíritu de la fecha.

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Las grasas saludables son clave para el cerebro y el corazón: elegí pescados grasos, aceites vegetales y frutos secos, para tener una muy buena dieta. Foto: Freepik.

Las grasas saludables son clave para el cerebro y el corazón: elegí pescados grasos, aceites vegetales y frutos secos, para tener una muy buena dieta. Foto: Freepik.

Más allá del aspecto religioso, hay razones históricas y prácticas que explican esta costumbre. En el hemisferio norte, la Semana Santa coincide con el fin del invierno, cuando el pescado fresco resultaba más accesible y fácil de conservar que la carne de mamíferos, especialmente en zonas costeras.

La disponibilidad, la necesidad y las limitaciones de conservación fueron claves para que el pescado se impusiera en la mesa de Pascua. Y aunque los tiempos cambiaron, la tradición permanece.