Un hecho que marcó la historia
Lo ocurrido en aquella promoción sigue siendo uno de los hechos más impactantes del fútbol argentino. Belgrano había comenzado la temporada con dificultades, pero el equipo dirigido por Ricardo Zielinski logró una remontada memorable en la B Nacional, se metió cuarto en la tabla y alcanzó la chance de disputar la promoción.
River, en cambio, llegó a ese cruce con un contexto muy adverso. Si bien había sumado puntos en la temporada y había llegado a ser puntero en el Torneo Clausura 2011, la pobre cosecha de las dos campañas anteriores (incluyendo un último puesto con Diego Simeone como técnico) terminó condenándolo a jugar la promoción, bajo una presión insoportable.
El partido de ida, disputado en Córdoba, marcó el principio del fin para el Millonario. Belgrano ganó 2-0 con goles de César Mansanelli de penal y del "Picante" Pereyra. Aquel encuentro dejó imágenes que recorrieron el mundo, como la invasión de hinchas de River que cruzaron el alambrado para increpar a sus propios jugadores.
En la vuelta, River se puso en ventaja con un gol de Mariano Pavone, pero luego Sergio Pezzotta no sancionó un penal claro sobre Leandro Caruso que pudo haber cambiado la historia. Guillermo Farré, con un remate desde la puerta del área, selló el empate que desató la locura en Belgrano y sumió a River en una crisis histórica.
En ese contexto, el 26 de junio quedó grabado en la memoria colectiva del fútbol argentino. Para Belgrano, fue el día más glorioso; para River, la jornada más oscura. Además, tras ese episodio, Independiente sufriría un descenso similar en 2013, lo que dejó a Boca como el único de los cinco grandes que nunca perdió la categoría, un detalle que los hinchas xeneizes también recordaron en redes sociales.
Este año, la fecha coincidió, además, con un nuevo golpe para River: la eliminación en la fase de grupos del Mundial de Clubes, que generó un clima especial para que las bromas y chicanas tomaran aún más fuerza. El folklore, una vez más, dijo presente.