Lejos del lujo y el profesionalismo, el Auckland City de Nueva Zelanda disputará el Mundial de Clubes con jugadores que, además de entrenar, trabajan como agentes inmobiliarios, barberos y estudiantes. Conocé a uno de los rivales de Boca
Mientras los grandes clubes ajustan detalles con presupuestos millonarios, uno de los participantes del próximo Mundial de Clubes llega desde el otro extremo del fútbol: el Auckland City, de Nueva Zelanda, competirá en el torneo más importante a nivel clubes con un plantel que, en su mayoría, no es profesional.
Lejos de dedicarse tiempo completo al deporte, los jugadores del equipo oceánico reparten su vida entre los entrenamientos y oficios tan diversos como exigentes. Adam Mitchell trabaja como agente inmobiliario, Nikko Boxall es corredor de seguros y Ryan de Vries, limpiador de autos. También hay vendedores, barberos, fisioterapeutas y estudiantes universitarios que complementan su formación con la pasión por la pelota.
Las historias de cada uno reflejan una realidad distinta a la de sus rivales, pero también profundamente admirable. Desde Christian Gray, profesor en formación, hasta Jerson Lagos, que trabaja como barbero, todos integran un equipo que vive el fútbol como un sueño compartido más que como una industria.
La particularidad del Auckland City no termina en su plantel. A pocos días del debut, el equipo no tiene entrenador confirmado. Paul Posa, el DT que lo venía dirigiendo, dejó su cargo por motivos personales y será reemplazado de manera interina por el exfutbolista neozelandés Ivan Vicelich, quien asumirá el rol durante el certamen.
En su horizonte aparecen rivales como Bayern Munich, Benfica y Boca Juniors, equipos de nivel internacional con los que comparten el fixture pero no la realidad.
Sin figuras ni expectativas externas, el Auckland City viaja a Estados Unidos a vivir la experiencia con humildad, orgullo y una cuota de épica. En un torneo que suele estar reservado a la elite del fútbol mundial, su historia ya es un triunfo.
