“Estoy muy agradecido con Dios, que me dio nuevamente la posibilidad de vivir”, expresó Balanta en una entrevista, en la que también tuvo palabras para el club, su representante y especialmente los médicos. Pero hubo un momento que marcó su vuelta a la conciencia: el contacto con su madre, Rosana.
“No tenía conocimiento de muchas cosas pero sentí cuando ella llegó y todo fue muy diferente. Tenerla a ella aquí fue lo que me empujó a poder salir de esta situación. Mamá es mamá”, confesó el joven.
Su madre viajó desde Colombia apenas se enteró del episodio. Acompañó a su hijo en el momento más difícil y también dio testimonio del dolor y la fe con la que atravesaron esta prueba: “Fueron momentos muy duros, pero gracias al Señor, aquí estamos. Es un milagro de Dios”.
Balanta viajará a su país natal para iniciar un proceso de recuperación que demandará entre tres y cuatro meses, con estudios, controles médicos y la posibilidad, si todo evoluciona bien, de volver a jugar. Pero su perspectiva ha cambiado: “Mi forma de ver la vida cambió. Sólo quiero disfrutar de mi tiempo y de vivir. Si puedo volver será por decisión de Dios”.