El cierre del Superclásico en La Bombonera estuvo marcado por una alta dosis de tensión y descontento entre los protagonistas y los hinchas. El empate agónico que Boca creyó haber conseguido, pero que fue anulado tras la revisión del VAR, desató un final de partido cargado de emociones y reproches. Mientras los jugadores de River celebraban en el centro del campo y los de Boca realizaban su tradicional saludo final, el público local mostró su frustración con un unísono de silbidos que pronto se transformaron en insultos y reproches hacia sus propios jugadores.