El entrenador de Boca tomó una importante determinación tras la clasificación a cuartos de final del Clausura y apuntó a la recuperación del plantel antes del cruce con Argentinos Juniors.
Boca volvió a respirar alivio y confianza en La Bombonera. El triunfo 2-0 ante Talleres —con dos goles de Miguel Merentiel— aseguró su clasificación a los cuartos de final del Torneo Clausura y permitió cerrar una semana que el cuerpo técnico consideraba exigente en lo físico y lo emocional. Con ese escenario, Claudio Úbeda tomó una decisión puntual: darle descanso al plantel profesional y suspender los entrenamientos hasta el martes 25 de noviembre por la tarde.
El equipo mostró una versión sólida ante Talleres, con mayor control de los tiempos y una eficacia determinante en los momentos clave del partido. El primer gol de Merentiel ordenó el ritmo del encuentro y, a partir de ahí, Boca jugó con más comodidad y seguridad. El segundo tanto del uruguayo terminó de sellar una victoria que, además de clasificarlo a la próxima instancia, permitió recuperar sensaciones positivas de cara al tramo decisivo del torneo.
La medida de Úbeda se apoyó en un objetivo claro: administrar cargas y evitar sobreexposición física a pocos días del duelo frente a Argentinos Juniors. El Xeneize llegará a ese encuentro con apenas un puñado de jornadas de preparación formal, pero con la tranquilidad de haber logrado una mini-pausa estratégica para recuperar piernas, energía y concentración.
Argentinos viene de eliminar a Vélez en Liniers y se perfila como un desafío intenso para Boca. El historial reciente muestra partidos cerrados entre ambos, y el cuerpo técnico del Xeneize entiende que la clave estará en ajustar detalles defensivos y sostener la contundencia mostrada ante Talleres.
El descanso otorgado no implica bajar el ritmo competitivo, sino reorganizarlo. Úbeda planificó una semana corta pero específica, enfocada en trabajos tácticos y repaso de conceptos más que en la exigencia física. La intención es que el equipo llegue fresco y con claridad para afrontar un duelo que promete paridad y fricción.
Con el aire que genera una clasificación lograda sin sobresaltos y la convicción de haber recuperado una idea de juego más estable, Boca encara los cuartos de final con una mezcla de alivio, planificación y expectativa. Úbeda eligió el descanso como estrategia: ahora, el desafío será transformar esa pausa en impulso competitivo.