La derrota ante Huracán fue un punto de inflexión en Boca. Juan Román Riquelme, presidente de la institución, podría hacer importantes cambios que sacuden al club.
La derrota de Boca frente a Huracán en Parque Patricios no fue solo un traspié deportivo. La caída por 1-0 en el Tomás Adolfo Ducó detonó una crisis interna que terminó por empujar a Juan Román Riquelme a revisar una de las estructuras más identificadas con su gestión: el Consejo de Fútbol.
La tensión interna pudo identificarse apenas terminó el partido. Las caras largas, el silencio y una reunión de varias horas en Boca Predio marcaron un antes y un después. Por primera vez desde que asumió como máximo dirigente, Riquelme considera reestructurar el Consejo que construyó a su imagen y semejanza.
Según trascendió, las figuras apuntadas dentro del Consejo de Fútbol son Mauricio Serna y Raúl Cascini, dos de los hombres de mayor confianza de Román. Aunque todavía no hay decisiones oficiales, sus continuidades están en duda. Quien sí seguiría formando parte del espacio de decisiones es Marcelo Delgado, con quien el presidente mantiene una relación cercana y de confianza personal.
La gestión del Consejo viene siendo cuestionada por diferentes frentes: refuerzos que no rindieron, conflictos con jugadores, salidas desprolijas y errores administrativos groseros, como el caso del mail que no llegó a tiempo a Conmebol antes del cruce por 16avos de final de la Copa Sudamericana.
En ese contexto, las críticas de los hinchas no tardaron en llegar y el descontento se enfocó directamente en la cúpula de decisiones futbolísticas.
A pesar de los rumores, no se trataría de una revolución. En Boca aseguran que Riquelme no piensa delegar poder y que cualquier reconfiguración no cambiará el centro de gravedad de las decisiones. Por eso, más que un cambio estructural, se habla de un "refresh".
Los nombres que circulan como posibles incorporaciones son conocidos en el mundo Boca. Por un lado, Jorge “el Mono” Navarro Montoya, ex coordinador de las divisiones inferiores. Por otro, el Beto Márcico, quien incluso se ofreció públicamente para sumarse al club. Sin embargo, desde la dirigencia insisten en que no hay nada definido y que todos los nombres que circulan forman parte de una etapa de análisis.
En medio de la crisis institucional, hay una certeza en lo deportivo: Miguel Ángel Russo seguirá siendo el director técnico. Riquelme lo respalda y entiende que el problema está en el plantel. Por eso, ya se tomaron decisiones drásticas.
Tras un nuevo cruce verbal entre Riquelme y Marcos Rojo, el defensor fue apartado del plantel junto a Cristian Lema y Marcelo Saracchi. Los tres entrenarán de manera diferenciada. Si bien algunos medios señalaron que la noticia les fue comunicada por un utilero, en el club aseguran que fueron Raúl Cascini y Marcelo Delgado quienes dieron el mensaje.
La situación no deja de ser delicada. Mientras Boca atraviesa un presente futbolístico pobre, puertas adentro se prepara un rediseño de fondo. Por primera vez, Román parece dispuesto a soltar parte de lo que construyó. Pero siempre bajo su control.