Adiós al 2020 con controles y prohibiciones: ¿Y el 2021?

Guillermo Laborda
por Guillermo Laborda |
Adiós al 2020 con controles y prohibiciones: ¿Y el 2021?

Cerró el 2020 el Gobierno con una prohibición adicional: suspendió temporariamente la registración de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para el maíz. Supone el Gobierno que así frenará el aumento de precios dado que, según señala el comunicado oficial, "asegurará el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima, como la producción de proteína animal como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot, donde el cereal representa un componente significativo de sus costos de producción".

La medida anticipa lo que será otra batalla del 2021 con el campo: la liquidación de los dólares de la soja. Será desde abril cuando habitualmente comienza la liquidación de la cosecha.

Detrás de este accionar oficial se esconden los dos problemas que enfrenta, ambos relacionados entre sí: el creciente aumento de los precios y la escasez de divisas en el Banco Central. La prohibición de exportar fue una medida clásica del kirchnerismo en la gestión 2011-2015, cuando salieron a la luz esos dos problemas. Como era de prever, esa prohibición fracasó en esos cuatro años como herramienta para detener el incremento de los precios, y más, para revertir la escasez en la oferta de divisas.

La soja cerró el 2020 con precios de 480 dólares para venta en marzo, pero reflejan el paro reciente de aceiteros y recibidores de granos. También está impactando en la suba de la soja, la "Niña", con una escasez de agua que hizo que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos redujera la cosecha argentina 2021 de 51 millones a 50 millones de toneladas.

Ahora bien, ¿Qué efectos realmente puede tener la medida adoptada por el Ministerio de Agricultura al cierre del 2020? El 2021 ahora que los productores, con prohibiciones al maíz, se van a pasar a la soja y caerá el área sembrada y la producción. Es decir que se repetirá una vez más la caída de producción con la instauración de controles o prohibiciones. Caerán además las rotaciones de granos para cuidar el suelo, pero ello ya es un efecto de mediano plazo, un horizonte inexistente en el país.

El problema es que la inflación no es algo limitado a la carne. Quizás como tuvo repercusión mediática su incremento, el gobierno sacó a relucir esa medida del estilo de Guillermo Moreno, ex secretario de Comercio en la primera etapa kirchnerista. Basta ver que si bien Alimentos y Bebidas subieron 36% en lo que va del año (dato del INDEC a noviembre), las Prendas de vestir y Calzado treparon 54,4%.

¿Cuándo el control de precios a la ropa? ¿O no será consecuencia entonces el incremento de la carne, de la ropa y de la mayoría de los bienes y servicios en Argentina producto del crecimiento de 61% de la circulación de pesos en 2020?

El 2021 plantea serias acechanzas inflacionarias para el Gobierno, lo que derivará en mayores controles de precios y prohibiciones a exportar seguramente hasta que en algún momento, cuando se reflejen por enésima vez su inutilidad, se revertirán. El problema es el tiempo en que demore la realidad y la lógica económica en hacerse presente para el gobierno. Ojalá sea antes de nuevas batallas contra el campo.

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