Sin embargo, cuando en la misma tabla se observan los rendimientos esperados comparando octubre del 23 con octubre del 24, el retroceso es de un 5,6%. De la misma manera, la recuperación en un plazo más largo (octubre de 2025) es del 1,7% para el PBI argentino.
Este "recálculo a la baja" obedece a las profundas reformas que se propuso en campaña y desarrolla en su acción de gobierno el presidente Javier Milei. El intento por contener la inflación traerá una retracción de la economía en este 2024, pero el FMI prevé que en 2025 haya una recuperación positiva.
Según este primer informe del organismo que dirige Kristalina Georgieva, la retracción argentina hizo que para la región haya una expectativa de menor crecimiento: de solo el 1,9% para este año y de 2,5% para 2025.
Las perspectivas para la Argentina del FMI
En el adelanto del informe del FMI, de 15 páginas, hay varias referencias a la Argentina y el proceso económico que encaró el nuevo gobierno desde el 10 de diciembre pasado.
En la página 5 se habla del papel de los cambios de la economía nacional -en su lucha para bajar la inflación y eliminar el déficit fiscal- y como afecta al ritmo económico de las variables conjuntas para la región.
El FMI puntualiza que en América Latina y el Caribe se proyecta que el crecimiento pase del 2,5% estimado en 2023 a 1,9% en 2024, y que aumente hasta 2,5% en 2025, lo que corresponde a una revisión a la baja para 2024 de 0,4 puntos porcentuales respecto de la proyección del informe WEO de octubre de 2023.
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La situación de la economía argentina en 2024 hizo que el FMI modificara el cálculo general para la región (Foto: FMI-WEO).
El organismo se refiere a nuestro país para explicar ese ritmo más lento en el crecimiento de América Latina: "La revisión del pronóstico para 2024 se debe al crecimiento negativo de Argentina en el contexto de un ajuste significativo de la política económica para restablecer la estabilidad macroeconómica".
Más adelante, hay otra referencia al caso argentino. En la página 6 se ocupa de haber "recalculado a la baja" el crecimiento en zonas de países en desarrollo.
Según el Fondo Monetario, "el pronóstico se ha revisado a la baja tanto para 2024 como para 2025 en las economías avanzadas, mientras que se ha revisado al alza para 2024 en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, debido sobre todo a Argentina, donde se espera que la realineación de los precios relativos y la eliminación de los antiguos controles de precios, la última depreciación de la moneda y su traspaso a los precios hagan subir la inflación en el corto plazo".
Finalmente, hay dos referencias globales a los procesos macroeconómicos que bien pueden comprender el caso de la Argentina y los cambios que pregona el gobierno de Javier Milei.
Una de las descripciones habla de "reponer las reservas en preparación para shocks futuros y lograr la sostenibilidad de la deuda. Como los déficits fiscales se encuentran en niveles superiores a los observados antes de la pandemia y los costos del servicio de la deuda han aumentado, se precisa una consolidación fiscal basada en planes viables a mediano plazo, cuyo ritmo de ajuste dependerá de las circunstancias específicas de cada país, a fin de restaurar el margen de maniobra presupuestario".
Cuando se refiere a los objetivos que deben perseguir esos cambios estructuarales, el FMI señala: "Facilitar un crecimiento duradero a mediano plazo. La aplicación de reformas estructurales focalizadas y ordenadas podría fortalecer el crecimiento de la productividad... Si se aplica un paquete de reformas que alivie las restricciones más críticas a la actividad económica, se podrá aumentar la producción más rápidamente, incluso a corto plazo, contribuyendo a asegurar el apoyo de la población".