Hasta octubre pasado momento, los únicos swaps contabilizados por el Banco Central (BCRA) eran los vigentes con China, por 130.000 millones de yuanes (USD 18.291 millones). Pero el aumento de USD 2.500 millones en la línea de swaps durante octubre, sin detalles públicos sobre condiciones, fue leído como confirmación de la activación del acuerdo con Estados Unidos.
Los movimientos permiten reconstruir la secuencia entre el 9 y el 25 de octubre, cuando el Tesoro norteamericano adquirió pesos por unos USD 2.000 millones para frenar tensiones cambiarias y mejorar la posición oficialista de cara a las legislativas, que concluyeron con una victoria nacional de Milei. Inicialmente, esos pesos quedaron depositados en el BCRA y luego se invirtieron en Letras hasta el 29 de octubre. Desde el día siguiente, esa posición dejó de aparecer en los informes semanales, lo que llevó a la consultora 1816 a concluir que la inversión fue reemplazada por la activación del swap. “El BCRA pasó de deberle pesos a Estados Unidos a deberle dólares”, resumió la consultora.
La maniobra tuvo impacto directo en las reservas. El BCRA incorporó un nuevo pasivo por USD 2.500 millones y los pases en moneda extranjera aumentaron otros USD 1.000 millones, lo que dejó un saldo neto negativo de USD 3.500 millones respecto del balance anterior. Según 1816, las reservas netas valuadas a mercado se ubican en USD 275 millones, y el monto se torna negativo si se consideran los pagos de Bopreal dentro de los próximos 12 meses.
Bajo la metodología del FMI —que ajusta por valuación de oro, yuanes, DEGs y pasivos dolarizados del Central— la Argentina quedó a USD 13.000 millones de la meta establecida para diciembre de 2025.
La transferencia de USD 872 millones, las reservas netas negativas y la ganancia de casi USD 70 millones para Estados Unidos delinean el último capítulo de una relación financiera que volvió al centro del programa económico.