Según los datos preliminares que maneja el Gobierno, las importaciones de octubre alcanzarían los u$s 6000 millones y de esta manera cayeron un 10% anual y un 4% en comparación con septiembre.
Según los datos preliminares que maneja el Gobierno, las importaciones de octubre alcanzarían los u$s 6000 millones y de esta manera cayeron un 10% anual y un 4% en comparación con septiembre.
En un contexto marcado por la escasez de divisas, las restricciones para pagar y la caída de la actividad, las compras al exterior totalizan u$s 64.000 millones entre enero y octubre y, si bien caen 9,5% interanual, alcanzan el segundo mejor registro del último lustro.
En octubre, las importaciones totalizaron algo menos que u$s 5900 millones, aunque se canalizaron a través del MULC pagos por unos u$s 4000 millones.
En otras palabras, casi un tercio del total se financió ya que el mes pasado estuvo cruzado por elecciones, incertidumbre cambiaria, freno en la actividad y restricciones en la oferta de energía, insumos y actividad.
En ese contexto, la adquisición de bienes intermedios fue algo inferior a los u$s 2100 millones, con una caída del 11% anual y algo superior al 8,5% contra septiembre.
Según economistas que siguen temas industriales, las empresas frenan la producción por dificultades en el acceso a los insumos o ralentizan la adquisición de insumos ante el freno de la actividad económica y las expectativas de una recesión más prolongada.
En tanto, la importación de alimentos para la industria (soja, sobre todo) fue por casi u$s 260 millones y es el único subrubro que registra un aumento anual, aunque también cayó contra septiembre.
La importación de bienes de consumo cayó casi 6% mensual y 6% anual, en línea con los registros de los meses previos. Las operaciones fueron inferiores a los u$s 570 millones. La compra de automóviles 0 km, por casi u$s 220 millones, aumentó 7% anual, pero fue 43 por ciento inferior al registro de septiembre.
El Gobierno apeló a varias regulaciones y políticas para tratar de sostener la actividad económica en este contexto de escasez de divisas. La más efectiva de ellas fue la que llevó a las empresas a aumentar sus niveles de deuda comercial.
Según datos del Banco Central, hasta septiembre, la deuda comercial trepaba a u$s 54.000 millones anuales, de los cuales u$s 43.000 millones corresponden a financiamiento para pagar bienes y los u$s 11.000 millones restantes, a servicios.
En septiembre, casi cuatro de cada diez dólares importados se financiaron. El mes pasado, se postergaron pagos por casi u$s 2000 millones. De acuerdo con distintos testimonios de empresas grandes y, sobre todo, pymes sin espalda financiera, las cadenas de pago con proveedores del exterior están al límite.