El último mes del año no solo trae fiestas y balances, sino también un momento ideal para renovar energías. Diciembre, con su carga simbólica de cierre y celebración, es perfecto para realizar este ritual para que potencie la abundancia y atraigan la buena fortuna. En este contexto, el laurel se destaca como un elemento poderoso, asociado históricamente con el éxito y la prosperidad.