Un calor con efectos horrendos
El duro discurso tuvo lugar luego de los efectos que está teniendo el cambio climático tras el verano boreal más cálido jamás registrado. Además de la sucesión de voraces incendios en Norteamérica y de potentes tormentas en el Mediterráneo donde algunos estudios lo vinculan directamente con el calentamiento global.
Sequías, inundaciones, temperaturas sofocantes, incendios históricos, "la humanidad ha abierto las puertas del infierno", como demostraron "los horribles efectos del horrible calor", dijo el funcionario portugués en una reunión en la que no están presente dos de los países más contaminantes del planeta: China y Estados Unidos.
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China y Estados Unidos aporta el 43,5% de la contaminación en todo el planeta. (Foto: Statista)
Sin embargo dijo que aún hay un pequeño margen para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados por encima de los límites preindustriales, pero que para hacerlo "hay que acabar con las subvenciones a las energías fósiles y grabar las emisiones de carbono", entre otras medidas
Eso es justo lo que los países se niegan a cumplir. Los Estados Unidos, con Donald Trump, recompusieron el uso de la energía a carbón para mitigar los efectos del parate por la pandemia. China, logra grandes resultados de su economía a nivel comparativo porque también, apela a los combustibles como el carbón o fósiles para producir, sin pensar en las consecuencias a largo plazo.
Los dos ausentes de la cumbre del clima reúnen - solo ellos dos - el 43.4% de las emisiones de gases del efecto invernadero.
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Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas advierte por estar a las puertas del infierno del cambio climático. (Foto: Gentileza Naciones Unidas)
Los malos de la clase, ausentes
El objetivo de esta mini cumbre es impulsar los planes climáticos de las naciones y está previsto que intervengan los 34 mandatarios internacionales que se encuentran este miércoles en Nueva York. Sin embargo, ni Estados Unidos ni china estarán presentes, ya que para ellos es más importante disputar palmo a palmo la hegemonía de la economía mundial. Aunque suban las emisiones de CO2, aumente la temperatura y se apresuren las consecuencias del cambio climático.
El enojo de los "responsables"
Guterres se lamenta que no exista una "justicia climática". Muchos países han venido haciendo los deberes desde hace décadas. con cosas simples como dividir, calcificar y separar los residuos para que parte de ellos puedan ser reciclados.
Luego, a partir de los protocolos de París y de Kioto comenzaron a reducir las emisiones de Dióxido de Carbono. También decidieron el paso a energías más sustentables y amigables con el medio ambiente. Pero ese esfuerzo no está correspondido con los principales países que son los que mayores emisiones de CO2. Entonces, ahora reclaman que sufren las sequías y las inundaciones que devastan sus economías porque el clima cambia, pero no hace distinciones entre quienes intentaron aliviar los gases del efecto invernadero y los que siguen contaminando porque lo único que importa es el presente.
Otros encima sufren sus efectos catastróficos pero sin la infraestructura adecuada. Es por eso que Antonio Guterres ha pedido también que todos los países estén “cubiertos” por sistemas de alerta temprana para 2027,como para prevenir los efectos que aún sufre Libia.
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Pagar multas por parte de los países contaminantes no evitan tragedias como la de Libia. (Foto: Archivo)
Aunque claro, eso tiene el mismo inconvenientes que las multas. En muchos casos, es preferible pagar una multa que hacer algo ante un problema. Como el vecino que paga una multa a municipio en lugar de arreglar la vereda en la que una persona se rompió una pierna, por ejemplo.
La sanción económica es menor que los gastos hospitalarios y los daños - que pueden ser permanentes - es para quien se accidentó.
Con la contaminación pasa lo mismo. A las potencias les conviene ceder algo de sus ganancias para un "fondo de reparación". Mientras tanto, siguen produciendo, fortalecen sus economías aunque contaminen. Buscar energías limpias representa una mayor inversión, mayores costos iniciales de producción y adaptarse a otra tecnología en momentos en que la inflación -aunque esté bajando - dejó la pandemia en el mundo