Aunque no se conocen todos los detalles del trasfondo de su salida, el punto de quiebre habría sido la reciente crítica de Musk al ambicioso paquete fiscal promovido por Trump, al que calificó de excesivamente costoso y contraproducente para los objetivos de eficiencia que él mismo lideraba desde el DOGE.
Sus declaraciones generaron incomodidad dentro del gabinete, especialmente en figuras clave como el subjefe de gabinete Stephen Miller. La Casa Blanca incluso tuvo que contactar a senadores republicanos para reafirmar el respaldo de Trump al proyecto de ley, reveló una fuente al tanto del conflicto.
Elon Musk, de estrella disruptiva a figura en declive
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La motosierra que Javier Milei le regaló a Elon Musk se convirtió en un símbolo de campaña del CEO de Tesla. (Foto: archivo)
Musk irrumpió en Washington con una imagen desafiante, prometiendo recortes masivos de hasta dos billones de dólares en el gasto público. Aunque el DOGE asegura que logró ahorrar unos 175.000 millones, esa cifra no ha podido ser confirmada de forma independiente.
Durante su paso por la gestión pública, el empresario adoptó una postura dura contra la burocracia. En febrero, en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), apareció con una motosierra metálica roja, símbolo de su cruzada contra el aparato estatal. “Es la motosierra de la burocracia”, declaró en medio de aplausos.
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En una reciente llamada con inversores de Tesla, ya había adelantado que reduciría su implicación en el Gobierno de Donald Trump. (Foto: archivo)
Pero la relación con otros funcionarios comenzó a deteriorarse. Sus métodos y declaraciones –incluida su postura contra el teletrabajo, al que llamó un "privilegio de la era COVID" que debía eliminarse para forzar renuncias– generaron resistencias internas.
Con el tiempo, algunos miembros del gabinete comenzaron a frenar sus propuestas, respaldados por Trump, quien aclaró que las decisiones de personal eran competencia de los secretarios de cada área.
Choques internos y frustración
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Musk no esquivó la confrontación. Se enfrentó abiertamente con figuras clave del gabinete como Marco Rubio (Estado), Sean Duffy (Transporte) y Scott Bessent (Tesoro). También arremetió contra Peter Navarro, asesor comercial de Trump, a quien llamó "imbécil" y “más tonto que un saco de ladrillos”. Navarro minimizó el ataque, asegurando: “Me han llamado cosas peores”.
En paralelo, el propio Musk comenzó a anticipar su retirada. En una reciente llamada con inversores de Tesla, ya había adelantado que reduciría su implicación en el Gobierno para enfocarse en sus empresas.
“La situación de la burocracia federal es mucho peor de lo que pensaba”, dijo esta semana al Washington Post. “Es una batalla cuesta arriba tratar de mejorar las cosas en Washington”, concluyó.