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Aplausos en el parlamento alemán. Para despedir a Ángela Merkel y para recibir a su sucesor, Olaf Scholz (Foto: AP)
En los matices, está la diferencia
Los 16 años en el poder de Merkel dejaron una impronta nacional y en la Unión Europea. Alemania fue el motor de la Europa comunitaria. En una alianza estratégica con Francia. Sobre todo, durante los cuatro años de la administración Trump en la Casa Blanca.
La canciller alemana "exportó" el modelo exitoso de su país. Rigor y precisión en la administración, buscar el superávit económico y tener capacidad de ahorro. No gastar en lo que no se necesita. Una lógica que fue clave para salvar al euro en la crisis de la bancarrota griega en 2009/2010.
Ahora, la pregunta es si Scholz seguirá el mismo camino de una rigurosa austeridad. Por definición, la socialdemocracia europea siempre supone una mayor dedicación a gastos sociales que los democristianos. Pero todo con una moderación inentendible para, por ejemplo, la política argentina.
Un solo dato sirve como ejemplo: Scholz fue alcalde de Hamburgo. En el año 2013 se opuso a la recompra o reestatización de los servicios eléctricos. El argumento del alcalde socialdemócrata fue idéntico al que daría la centro derecha: una decisión innecesaria que solo cargaría los gastos para administrar la ciudad.
Y la "yapa": Hamburgo se postuló para ser sede de los próximos Juegos Olímpicos de 2024. Pero en un referéndum, los habitantes de la ciudad rechazaron la candidatura por los elevados gastos que supondría. La próxima cita olímpica será en París.
El tándem con Ángela Merkel
El 14 de marzo de 2018, Scholz asumió como vicecanciller y ministro de finanzas en el cuarto gobierno de Merkel. Sellaban así el pacto de la CDU y la socialdemocracia. Como ministro de finanzas fue uno de los responsables del diseño del plan de rescate económico por la pandemia.
Alemania destinó 130 mil millones de euros para el rescate de empresas por el parate económico mundial por el coronavirus. Nada menos que el Fondo de reconstrucción europeo que permitió el rescate sobre todo de España e Italia, los más golpeados por el coronavirus. Scholz, como el cerebro de este plan, llegó a tener una aprobación popular superior al 50% en ese momento tan duro para el país.
Al mismo tiempo, orientó la política general del gobierno al resguardo del impacto ambiental de la economía y la actualización tecnología para Alemania y la Unión Europea.
Piensa llevar a la cancillería su manejo de las finanzas: no tener nuevas deudas y mantener un gasto público limitado.
Este pensamiento, trasladado al escenario europeo consiste en crear las bases para mantener un fondo especial que permita actuar ante crisis tan graves como la que provocó la pandemia durante 2020.
Olaf Scholz es un moderado dentro de la centroizquierda. El cambio de mando se manifiesta con tranquilidad en la bolsa de Frankfurt, una de las más importantes de Europa.
El diario "El país" de Madrid describe a Scholz como "duro, práctico y reservado, tal y como les gusta a los alemanes que sean sus cancilleres".
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Ángela Merkel, se despide como canciller, aplaudida por todo el Bundestag, el parlamento alemán (Foto: AP)
Ovación en el adiós a Merkel
La canciller saliente se ubicó en la galería superior del parlamento, junto a otros diputados. En un momento, todo el plenario le dedicó un sostenido aplauso como reconocimiento a la impronta dejada a lo largo de 16 años. Ángela Merkel, simple como siempre, primero hizo una leve reverencia y luego saludó con su mano derecha.
Poco después llegó el también sencillo "sí, acepto" de Olaf Scholz. El nuevo canciller quedó en funciones, con la misma normalidad con que caminaban, a esa hora, los alemanes por Berlín. ¿Cómo en la Argentina?