El gobierno de Pedro Sánchez logró una dura victoria con los números necesarios para aprobar la ley de Amnistía. Así se otorga un perdón contra los independentistas catalanes que llevaron adelante la fallida declaración de independencia en 2017.
El gobierno socialista logró los votos necesarios para convertir en ley el perdón a los revolucionarios separatistas que intentaron la fallida declaración de independencia de Cataluña en 2017. La oposición reclamará su inconstitucionalidad.
El gobierno de Pedro Sánchez logró una dura victoria con los números necesarios para aprobar la ley de Amnistía. Así se otorga un perdón contra los independentistas catalanes que llevaron adelante la fallida declaración de independencia en 2017.
Con la medida, el líder del Junts, Carles Puigdemont, podrá abandonar su exilio en Bruselas y regresar a España.
Puigdemont encabezó la lista de candidatos de los independentistas en las recientes elecciones para el gobierno catalán, en las que ganó el socialismo, pero necesita negociar por no tener mayoría.
Para el gobierno socialista y sus aliados, esto es el final de lo que se llamó el "procés", toda la serie de acontecimientos que se dispararon con esa declaración de soberanía de los catalanes. Hubo violencia, intervención del estado Nacional desde Madrid, un juicio y condena a los separatistas.
Ahora, la amnistía borra los delitos cometidos por los independentistas. Esta era una de las condiciones de ese grupo para aportarle los 7 votos necesarios para que Pedro Sánchez pudiera seguir como presidente del gobierno español.
La oposición, principalmente el Partido Popular, en cuanto finalizó la votacion favorable al "sí", anunció que recurrirá a la justicia para pedir la inconstitucionalidad de la ley aprobada.
El efecto inmediato es que en cuanto se publique en el Boletín Oficial, beneficiara a por lo menos 400 dirigentes catalanes envueltos en los episodios de violencia y el desacato a la constitución española sobre las normas como para una eventual escisión de parte de su territorio.
Pero tiene otras implicancias más importantes desde el punto de vista político. Entre los beneficiados por la amnistía aparecen en los principales nombres los de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont. Este último era el presidente de la "Generalitat" (el gobierno de la comunidad de Cataluña) cuando efectuó un referendum y luego decretó la independencia de España el 1° de octubre de 2017.
Junqueras fue detenido y condenado a 17 años de prisión: era el vicepresidente de la comunidad catalana. En cambio, Carles Puigdemont huyó del país y se refugió en Bruselas, la capital belga.
Pero la amnistía debe ser otorgada por todos los jueces que participaron de los procesos contra los líderes independentistas. Tampoco se podrá aplicar en los casos en los que se hayan cometido graves delitos como violencia extrema (asesinatos o torturas), delitos de terrorismo o de malversación de fondos.
En estas dos causas, tanto Puigdemont como Junqueras están comprometidos.
No se sabe que puede suceder ahora en la política española. La oposición criticó con dureza a Pedro Sánchez por esta iniciativa. Llegó al poder por la renuncia de Rajoy, del Partido Popular, luego de los incidentes por la declaración de la independencia catalana.
En ese momento - 2017- Sánchez dijo que nunca habría amnistía y que traería detenido de Bruselas a Puigdemont para ser juzgado. Pero nada de eso pasó.
Las elecciones - que Sánchez adelantó - en julio del 2023 le dieron el primer lugar al Partido Popular, pero Nuñez Feijoo no logró mayoría propia ni un gobierno de coalición. Entonces el rey Felipe VI le dio el turno al socialismo. Pedro Sánchez giró 180 grados y pactó una amnistía con los independentistas. Así logró los 7 votos necesarios para tener la mayoría y continuar como presidente del gobierno español.
Pero ahora, los independentistas van por más. Apenas se tomaron un breve tiempo para festejar la aprobación de la amnistía. De inmediato, comenzaron a proclamar que retomarán su intención de tarde o temprano, lograr la independencia de Cataluña.
Los dos partidos que fogonean seguir como si nada hubiese pasado son "Esquerra Republicana de Catalunya" (ERC) y "Junts". Son los que le dieron el apoyo a Sánchez para gobernar en Madrid, pero no renuncian a mantener su objetivo principal: la independencia.
El diputado nacional de ERC dijo en Madrid tras la aprobación de la amnistía: " Es un buen día y de victoria para los partidos independentistas y de derrota para el régimen de 1978”.
El diputado Gabriel Rufián (sí, ese es su apellido) define como "régimen de 1978", al proceso que trajo la democracia a España tras la muerte del dictador Franco y la constitución nacional para una España única (con Cataluña como una comunidad, tal como Madrid o Andalucía).
Pero los separatistas no pierden el tiempo. Ya han planteado que en cuanto se conforme el gobierno catalán irán por un nuevo referéndum para plantear, otra vez, la independencia. Todavía no hay un gobierno formado porque el socialismo catalán - que ganó las elecciones - está sometido a un chantaje: si no pacta con los independentistas, le retirarán a Sánchez el apoyo que lo sostiene como presidente del gobierno español.
Lo han dicho siempre y acusan a Pedro Sánchez de "entregar a Cataluña" sólo para mantenerse en el poder. Por eso tanto VOX como el Partido Popular (PP) recurrirán a la Justicia para que declare inconstitucional a la amnistía. La consideran un acto de corrupción de los socialistas y que la Constitución Española no lo permite.
La que dio el primer paso ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, la ascendente política del PP, Isabel Díaz Ayuso. Anticipando que presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional dijo por "X": "La Amnistía es un engaño masivo, pura corrupción en favor de los que quieren romper España y llevar los males de la política catalana a todos".