Descubrimiento

¿Las rocas se mueven solas en el Valle de la Muerte?: los científicos descifraron el misterio

Durante años, la ciencia especuló sobre el origen de este fenómeno por el cual las piedras se movían solas por la superficie del planeta y dejaban abierto un surco a su paso. Por fin se logró develar el origen de este misterioso comportamiento.

Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
Las rocas del Valle de la muerte

Las rocas del Valle de la muerte, un misterio durante un siglo, que pudo ser develado. (Foto: archivo)

Para hacerlo todavía más misterioso, las rocas no estaban permanentemente en movimiento. Se "animaban" y comenzaban sus desplazamientos con intervalos de dos o tres años. Eso sí, es invariable el registro de un gran surco sobre la tierra de la superficie.

Por eso, se las llamó las "rocas caminantes o viajeras" de el "Valle de la Muerte". Los científicos estudiaron durante décadas el fenómeno. Aceptaron cualquier tipo de hipótesis de trabajo: desde ser guiadas desde el espacio exterior, propiedades magnéticas o que no fueran rocas, sino seres animados, desconocidos o jamás clasificados. Finalmente, décadas y décadas de estudio debieron sucederse para encontrar la explicación para este caso tan misterioso.

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Por qué se mueven las rocas del "Valle de la Muerte"

En concreto, se ubican en el lecho seco de Racetrack Playa, un salar de casi cuatro kilómetros de largo, en el desierto de California. Son piedras de hasta 300 kilos, que parecían deslizarse por sí mismas, dejando tras de sí largas huellas en el suelo agrietado.

La escena parecía salida de una película de ciencia ficción: un paisaje desolado, de cielo infinito y tierra cuarteada, marcado por líneas serpenteantes que evidenciaban el movimiento lento pero implacable de las piedras. Y, lo más desconcertante, nadie había visto nunca una roca en movimiento. ¿Eran realmente del reino mineral?

Su aspecto y el paisaje, podía hacer pensar en una fotografía de la NASA sobre la superficie del planeta rojo. Marte tiene enormes rocas que parecen moverse por ahí. Incluso, las sondas enviadas desde la Tierra, tomaron muestras para investigarlas en nuestro planeta. Incluso, para determinar si en su interior, hay restos de agua o evidencia de haber habido. Algo fundamental, por ejemplo, para los planes de colonizador que tiene el megamillonario Elon Musk. Pero este extraño fenómeno, como dijimos, sucede acá mismo, en la Tierra.

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Rocas que se mueven y dejan surcos. Parecen las de la Tierra, pero estas son de Marte. Los científicos lograron explicar qué pasa con las rocas californianas del Valle de la muerte. (Foto: NASA)

Rocas que se mueven y dejan surcos. Parecen las de la Tierra, pero estas son de Marte. Los científicos lograron explicar qué pasa con las rocas californianas del Valle de la muerte. (Foto: NASA)

Décadas de teorías, entre ciencia y leyenda

Desde que a principios del siglo XX se documentaron por primera vez estas misteriosas trayectorias, las especulaciones fueron tan variadas como creativas. Algunos atribuían el fenómeno a la simple acción del viento, imaginando ráfagas lo suficientemente potentes como para empujar las piedras sobre la arcilla seca. Otros, más escépticos, apostaban por fuerzas magnéticas desconocidas. De ahí, estaban a un paso para guiones de ciencia ficción.

Por ejemplo: las versiones más extravagantes apelaban a causas sobrenaturales, visitantes extraterrestres, energías ocultas de la Tierra o incluso fenómenos paranormales que desafiaban las leyes de la física. El caso de las rocas marcianas daba pie para la aventura fantástica.

También hubo hipótesis más verosímiles, pero igualmente incomprobadas, como la idea de que las piedras se movían sobre una fina capa de hielo invisible desde lejos, o que flotaban temporalmente sobre una película de agua fangosa.

A lo largo de los años, científicos, curiosos y aventureros peregrinaron a Racetrack Playa para intentar resolver el misterio. El resultado era siempre el mismo: huellas nuevas, rocas en lugares distintos, pero sin testigos del movimiento. Hubo que esperar muchos años para conocer la respuesta verdadera y científica.

rocas misteriosas

La solución, un siglo después para las rocas "voladoras"

La respuesta definitiva llegó, gracias a un estudio encabezado por Richard Norris y su primo James Norris, de la Scripps Institution of Oceanography y la NASA, en conjunto. Tras años de intentos fallidos, lograron instalar un sistema de cámaras de alta resolución y dispositivos GPS en algunas piedras.

Lo que pudieron documentaron los sorprendió por completo. Las rocas se mueven gracias a una combinación muy específica de condiciones climáticas. Durante las frías noches de invierno, una fina lámina de agua de lluvia se acumula en la superficie de la playa. Cuando las temperaturas descienden, esa capa se congela, atrapando las piedras en placas de hielo de apenas unos milímetros de espesor.

Cuando sale el sol, el hielo que separa a las piedras del contacto con la tierra, se disuelve. El viento, aunque suave, empuja esas placas de hielo, que a su vez arrastran lentamente las piedras a medida que se van transformando a su estado líquido. Por su peso, las rocas van "avanzando" y así es que dejan los surcos a su paso. Tan simple como eso, pero un misterio bien guardado durante más de un siglo.

La huella queda marcada sobre la superficie de arcilla, creando esos senderos que pueden extenderse por decenas de metros como el rastro de las piedras fabulosas. Pero además, hay que tener paciencia. Las rocas se mueven solo "cuando quieren".

Un fenómeno raro y efímero

La clave del misterio está en que estas condiciones son extremadamente inusuales. Para que las rocas del Valle de la muerte "caminen" o se desplacen, deben coincidir varios factores:

  • La presencia de lluvias ligeras
  • Temperaturas bajo cero nocturnas (para que se congele el agua debajo de las rocas)
  • Ausencia de viento en ese momento, que rompa el hielo
  • Luego sí, vientos suaves al amanecer que se mantengan mientras brilla el sol y derrite el hielo.

Ese proceso natural puede darse varias veces por año, pero también suelen sucederse años sin que ocurra. Esas pausas le dieron el carácter inexplicable para los desplazamientos de las rocas y por qué durante tanto tiempo nadie logró ver las piedras en movimiento. El proceso sucede de forma lenta, silenciosa y en un lugar aislado al que el acceso es limitado, especialmente en invierno

El impacto en el paisaje

El resultado visual es uno de los más extraños y fotogénicos del mundo. Sobre la planicie perfectamente lisa de Racetrack Playa, las piedras parecen haber dejado rastros de un viaje misterioso. Algunas huellas se cruzan entre sí, otras siguen curvas suaves o giros abruptos, como si las rocas hubieran cambiado de opinión en medio del camino. Para quienes visitan el lugar, el efecto es hipnótico: cada piedra se convierte en un viajero solitario, con una historia escrita en la arcilla de la superficie.

Haber resuelto el enigma no le quita al fenómeno su carácter mágico. Para muchos, la explicación científica lo hace aún más fascinante: demuestra cómo la naturaleza, con una combinación precisa de agua, hielo, viento y tiempo, puede producir efectos que parecen imposibles ante la contemplación humana.

Un legado de curiosidad

El misterio resuelto de las rocas que caminan sigue inspirando documentales, artículos y hasta novelas. También es un recordatorio del valor de la observación prolongada en la ciencia: algunos secretos de la naturaleza no se revelan de inmediato, sino que requieren años -o incluso un siglo- para salir a la luz.

El Parque Nacional del Valle de la Muerte protege este paisaje único y prohíbe mover o dañar las piedras, para preservar tanto el entorno como la experiencia de quienes lo visitan. Lentamente, se sigue su curso por ese desierto. Está prohibido "resetearlas", es decir, luego de haber recorrido cientos de metros, llevarlas al punto de partida.

La Tierra aún guarda la capacidad de sorprendernos. No hace falta ir a colonizar Marte para hallar maravillas asombrosas.